Un estudio respaldado por la Universidad de Kioto revela que el Omega 3 presente en los pescados azules como el bonito, jurel, caballa y anchoveta puede ser clave para reducir la grasa abdominal, la cual está vinculada a problemas cardíacos, colesterol alto y hipertensión.

Según Rosa Vásquez, nutricionista del Programa Nacional “A Comer Pescado” del Ministerio de la Producción, esta grasa visceral puede afectar órganos vitales como el corazón y el hígado, generando riesgos para la salud.

¿Cómo afecta la grasa abdominal a la salud?

La grasa visceral, depositada alrededor de órganos como el estómago, hígado e intestinos, así como en el corazón, puede llevar a enfermedades crónicas al interferir con su funcionamiento óptimo. Esta acumulación suele ser el resultado de un estilo de vida sedentario y una dieta inadecuada, que incluye alimentos ricos en grasas trans y exceso de azúcares en comidas y bebidas.

Explicó que cambiar hacia una alimentación más saludable es clave para combatir este problema. Incluir pescados azules ricos en Omega 3 en la dieta puede ayudar a reducir la acumulación de grasas y mejorar el metabolismo, según destacan los hallazgos de la investigación.

Consejos para una dieta saludable

Para mantener a raya la grasa abdominal, se recomienda adoptar una dieta equilibrada que incluya verduras, frutas, antioxidantes y fibra, junto con la práctica regular de actividad física. La OMS sugiere medir la circunferencia de la cintura como un indicador de grasa visceral, con límites de 94 centímetros para hombres y 80 centímetros para mujeres a partir de los 18 años.

La clave está en mantener una rutina que combine hábitos alimenticios saludables con actividad física constante, que no solo beneficiará la estética sino también la salud en general.

Finalmente, Rosa Vásquez subraya la importancia de incorporar pescado en la dieta al menos tres veces por semana, optando por preparaciones saludables como guisos, sudados, ceviches u horneados, y evitando las frituras que añaden grasas innecesarias al organismo. Este enfoque puede contribuir significativamente a reducir la grasa abdominal y mejorar la salud cardiovascular a largo plazo.

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