Las redes sociales se han visto inundadas de teorías que apuntan a Bill Gates. Estas afirman que el informático y filántropo estadounidense estaba detrás del logro de las vacunas, con el fin de gobernar el mundo y nada menos que a través de un chip.

Pero ¿Qué tan posible es colocar este dispositivo dentro de una vacuna para luego inocularlo al cuerpo humano?

Imposible meter un chip dentro de una vacuna

“No existe capacidad para inocular un chip. Esa idea no tiene mayor fundamento porque el cuerpo rechaza cualquier sustancia que desconoce. No es posible meter un micro transmisor. No es viable, no es un producto biológico”, manifestó a la agencia Andina Sergio Recuenco, médico epidemiólogo de la Universidad Mayor de San Marcos (UNMSM).

El experto explicó que la “nanotecnología nos permite el desarrollo de moléculas que pueden llevar otras proteínas, pero no chips ni elementos tecnológicos”.

“En biología todas son secuencias proteínicas, componentes moleculares y biológicos que pueden ser reconocidos como parte del cuerpo o no y, frente a ello, reaccionan. En el caso de la vacuna, existe eso que se llama antígeno, que es un elemento extraño al cuerpo y sobre el que va a reaccionar (para crear defensas contra el coronavirus)”

ARN mensajero

El doctor en salud pública opinó que tal vez la confusión haya surgido porque los investigadores responsables de algunas vacunas -como las de Pfizer, que ya empezó a inocularse en el Perú- han mencionado que trabajan con el denominado ARN mensajero. 

“El ARN mensajero es una cadena molecular que une receptores y envía un mensaje. Es una estructura molecular muy pequeña que se va a unir con receptores especiales en la célula para darle una orden de producir algo”.

El experto afirmó que no hay nada que temer porque se trata de un mecanismo que nuestro organismo emplea desde siempre para diversos procesos internos. La novedad es que la ciencia ha logrado copiarlo recientemente.

Avances tecnológicos

La capacidad de replicar el ARNm es un descubrimiento del siglo pasado, pero cuyo uso en vacunas es posible solo gracias a los últimos avances tecnológicos a nivel de análisis moleculares en el laboratorio.

“El ARN mensajero es parte de los procesos normales de las células. Todos los tenemos para ciertas funciones. Por ejemplo, para los procesos de síntesis, digestión, producción de hormonas, etc. hay toda una clase de secuencias, de neurotransmisores y sustancias que son activadas por el ARN mensajero”.

Manifestó que las vacunas contra el covid-19 que emplean el ARN mensajero estimulan la producción de anticuerpos en el cuerpo, pero lo hace a través de receptores de la célula. Nunca ingresan al núcleo de la célula y por tanto no pueden modificar el ADN ni nuestra información genética.

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