«Crónicas de Ayabaca«, escrito por el periodista Gerardo Cabrera, es el libro que la serranía piurana necesitaba para hacerle justicia al gran bagaje histórico, cultural, religioso y social que siempre ha caracterizado a estas tierras de páramos, peregrinos y mujeres alfareras; pero que los medios regionales y nacionales a veces pueden olvidar. Así, el libro de 13 historias surge como una suerte de mostrarle al mundo la cultura ayabaquina.
Gerardo Cabrera creció en Ayabaca y no solo tuvo la suerte de presenciar en carne propia las tradiciones de la localidad —como la fiesta del Señor Cautivo, el trabajo duro de las mujeres tejedoras y los partidos de fútbol que no se extinguieron nunca en los caseríos— sino también el privilegio de visitar con su abuelo los distintos distritos colindantes a su ciudad.
Pero creció y, como el centralismo del Perú manda, tuvo que dejar la serranía piurana para trasladarse al norte, donde estudió Periodismo, el paso previo a convertirse en escritor.
Fueron esas aulas de redacción y radio las que le enseñaron una ley periodística que rige su labor hasta el día de hoy: «Contar lo que has vivido». Y él siempre quiso contar acerca de Ayabaca. Ahora lo está haciendo.
«Mi libro paga una deuda que tengo como periodista y con él le estoy devolviendo el cariño a Ayabaca«, cuenta Gerardo con su mano sobre el último ejemplar de su libro, que más tarde irá a entregar en bicicleta.
En una fiesta cerca a Aypate
Todo inicio tiene una razón de ser, una motivación, o a veces una sugerencia de quien menos te lo esperabas. El tercer caso es el que Gerardo recuerda como el empujón para la creación periodística y literaria de Crónicas de Ayabaca.
«En 2020 (en un año de covid-19, mascarillas y en el que uno se planteó aun más lo qué es la vida y la muerte) vengo a vivir a Ayabaca con mi madre. Comencé a viajar los fines de semana y contaba las historias en medios escritos«, recuerda Gerardo.
En ese entonces, las historias de Gerardo se publicaban en distintos medios; sin embargo, la idea de recopilarlas en un libro no llegaría a su mente hasta una noche de diciembre de 2020.
«Me encontraba en un caserío cerca de las ruinas de Aypate (conocido como el Machu Picchu del norte). La gente bailaba y bebían cerveza, horas antes hubo pela de chanchos. Entre la algarabía de los sanjuanitos, cumbias y vítores y el olvido del coronavirus, un anciano, en medio de la media noche, me dijo: «Oiga, cumpa, esta fiesta cuéntela», y yo le respondí que algún día lo haría«, narra Gerardo.
Después de esa noche de jarana ayabaquina, Gerardo supo que debía contar las historias que tejen la identidad de Ayabaca en un proyecto más maduro. «Ahí decidí hacer este libro«.
Si le preguntan por qué decidió escribir sobre Ayabaca, Gerardo responde que es un homenaje a la tierra de su madre y abuelos, a la tierra que lo vio formarse como profesional, periodista y persona.
Las 13 crónicas
«13 historias quizás porque es el día del Señor Cautivo, el 13 de octubre; o el 1 por ser el primer libro y el 3 el numero favorito de mi padre. Él siempre me decía que el 3 tenia que estar presente«.
La razón exacta de por qué Gerardo decidió escribir 13 crónicas es difícil de responder, pero tiene claro el común denominador de todas sus historias.
«Las historias le dan una identidad a Ayabaca. Ayudan a contar que Ayabaca es parte de Piura, parte del Perú y que no debe dejarse de lado. Tiene tanta cultura y riqueza que yo necesito contarlo y quiero seguir demostrando que si se puede hablar de la serranía piurana«, sostiene Gerardo.
Su libro —el cual sería parte de una trilogía que el periodista tiene en mente— recoge, en 115 páginas, historias que dan luces sobre los problemas de Ayabaca, la forma de vivir de los ciudadanos, su forma de divertirse, sus costumbres y el gran misterio que abraza a Cerro Negro.
Los 13 títulos de su libro que tejen la identidad de Ayabaca funcionarán como un registro académico de una provincia que preserva sus tradiciones ante una inminente industrialización y espera mayor atención.
«(La expedición en Cerro Negro tras extraviarse tres trabajadores de Río Blanco) fue la primera vez que la comunidad campesina de Yanta y Ayabaca tuvieron una gran exposición mediática, ya que se involucraron periodistas, congresistas e incluso el (ex) presidente Ollanta Humala se enteró«, revive Gerardo.
La noticia de Cerro Negro ocurrió en 2015. Y Gerardo confía en que no será la última vez que se hable de Ayabaca. Para eso están sus libros.
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