Las noches en Piura se han vuelto silenciosas, no hay gente en los parques ni tiendas abiertas, no hay vehiculos circulando, excepto los vehículos de la Policía y del Ejército garantizando se de cumplimiento al aislamiento social por covid-19.

En la noches, las calles de Piura están vacías, excepto por los exteriores del Hospital Covid Santa Rosa.

 

En la puerta del área de Emergencia y en el pequeño jardín, los familiares de los pacientes diagnosticados con Covid-19 que se encuentran dentro del hospital pernoctan esperando que algún médico de turno les de noticias sobre sus parientes.

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Por las noches colocan cartones sobre el grass para dormir; otros, arman carpas a la intemperie o simplemente se sientan sobre las veredas. Sobre las veredas están sus mochilas, útiles de aseo, botellas de agua.

El vía crusis de las familias contagiados por covid-19
El vía crusis de las familias contagiados por covid-19

Todo evidencia las noches que llevan durmiendo ahí. La mayoría de ellos no guarda ni el metro de distancia y tratan de cubrirse lo más que pueden con sus mascarillas. Más que por su salud, están preocupados por la salud de sus familiares. La noche del 28 de abril, la Policía ha hecho un alto a su patrullaje para llevarles algo de comer.

La mañana siguiente, la gente está desesperada porque no ha recibido información de sus familiares desde hace casi dos días. Hasta ese momento, la Dirección Regional de Salud informaba de 1080 casos positivos para Covid-19 y 104 fallecidos.

“No me quiero morir”

La madrugada del 29 de abril, al promediar las 2, Juan Pérez (así lo llamaremos por la reserva de información que los protege) ha fallecido víctima del Covid-19 en la cama 12 del área de hospitalización.

Son casi las 10 de la mañana y sus familiares acaban de enterarse de la noticia. Les han devuelto las pertenencias de Juan, entre ellas su celular, ropa y medicinas.

Tanto su tía como su esposa han leído las últimas conversaciones de Juan con un familiar, a quien le pide ayuda porque esta persona conoce a alguien que trabaja en el Hospital Santa Rosa.

“¿Tienes oxígeno por momentos o fijo?”, le pregunta ella. “No, fijo. Pero ayer me lo cambiaron y se demoraron mucho y me oriné y me dejaron así toda la noche. Me duelen los pulmones”, le responde Juan.

Ella le pide fuerza, paciencia, y sobre todo, encomendarse a Dios. “No me quiero morir, no quiero dejar a mi negra”, le dice Juan refiriéndose a su esposa.

“No es justo, no es posible que les quiten el oxígeno, que los dejen ahí. Mi esposo ha pasado la noche orinado, decía que los ignoraban, que no los atendían. ¡Qué inhumanos son!”, solloza la esposa.

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Tres días en Triaje

El 22 de abril, María trajo a su madre, una anciana de 78 años que padece de Covid-19. Sin embargo, no pudo ser hospitalizada inmediatamente, sino que primero debía pasar por el área de Triaje. Para María, lo inaceptable, es que su madre haya tenido que pasar tres días en Triaje sentada en una silla.

Durante los días que recorrimos los exteriores del Santa Rosa, pudimos constatar que la entrada del hospital ha sido acondicionada como una extensión del área de Triaje para pacientes con Covid-19.
Durante los días que recorrimos los exteriores del Santa Rosa, pudimos constatar que la entrada del hospital ha sido acondicionada como una extensión del área de Triaje para pacientes con Covid-19.

“Mi mamá ha estado 3 días en Triaje durmiendo sentada porque ninguna cama le conseguían. Después de tres días la trasladaron a Hospitalización”, dice María.

Durante los días que recorrimos los exteriores del Santa Rosa, pudimos constatar que la entrada del hospital ha sido acondicionada como una extensión del área de Triaje para pacientes con Covid-19.

Unos tres biombos cubren a algunos pacientes de los ojos de las personas que están afuera. El viento ocasiona que uno de los biombos caiga y deja ver a dos hombres sentados recibiendo oxígeno. Otras cuatro personas están sentadas en sillas fuera del margen de los biombos, ellos también están conectados a balones de oxígenos.

Mediante un comunicado oficial, el Hospital Santa Rosa aceptaba que había escasez de personal en el área Covid.
Mediante un comunicado oficial, el Hospital Santa Rosa aceptaba que había escasez de personal en el área Covid.

Para el presidente de la Federación Médica de Piura, Arnaldo Vite, el colapso inicia desde el área de Triaje. Según explica, esto sucede porque los canales de comunicación rápida no están funcionando adecuadamente.

“Las personas que llegan al Santa Rosa, primero pasan a Triaje. Llegan porque tienen síntomas y llaman por teléfono a los números de atención rápida (línea 113 habilitada para sospechas del Covid-19) y no les responden o no los monitorean. Entonces no les queda de otra que venir al hospital. Es ahí donde empieza la aglomeración y la falta de capacidad para atender a todos”, señala Vite.

Falta de personal

Más tarde, ese mismo 28 de abril, un ingeniero, al cual llamaremos David, acaba de salir del hospital donde ha entrado a ver a su padre. El lunes 20, su padre fue atendido en el Centro Médico de Chulucanas, zona donde radican. Debido a la gravedad de su estado, el Centro de Salud lo transfirió al hospital Santa Rosa al área de Hospitalización. Desde ese día, su hijo no ha recibido noticias hasta hace unos momentos.

“Acabo de ver a mi padre y me acabo de enterar de algo terrible. El doctor se ha sincerado conmigo y me dice ‘yo he venido porque no hay doctores, los doctores no quieren venir, las enfermeras se me están yendo’. La gente no solo se muere del virus, sino también de la falta de personal”, cuenta David.

Mediante un comunicado oficial, el Hospital Santa Rosa aceptaba que había escasez de personal en el área Covid. Sin embargo, esperaban que pudieran seguir capacitando a más especialistas para que puedan sumarse a los esfuerzos que hacen sus colegas.

Para aquel día, la letalidad del nuevo coronavirus en Piura había alcanzado los 9.5 y ya se perfilaba como la más alta a nivel nacional. El 21 de marzo, el Ministerio de Salud (Minsa) anunciaba la primera víctima mortal a causa del Covid-19 en Piura, y la quinta a nivel nacional.

Este único fallecimiento se mantuvo hasta el 4 de abril, cuando se informó sobre una segunda muerte. Desde entonces, los casos han ido en aumento hasta llegar a 131 (cifra registrada el 2 de mayo) en tan solo 6 semanas.

¿Cuántos ventiladores mecánicos hay?

Poco después de exponer el caso de María Verónica Santos Vílchez, técnica en enfermería que fue dada por muerta dos veces, y a cuyos familiares los enviaron a pedir un ventilador mecánico a una clínica particular porque el hospital ya no tenía, el Director Regional de Salud, Víctor Távara negó esta versión y aseguró que sí contaban con estos artefactos y que el Santa Rosa no había colapsado. Sin embargo, evadió responder cuántos ventiladores mecánicos había en el nosocomio.

Según lo refiere la Diresa, el hospital Cayetano Heredia cuenta con 18 camas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Mientras, el pasado 23 de abril, la Contraloría observaba que en el Santa Rosa solo había dos camas UCI y 7 ventiladores mecánicos de los cuales 2 estaban ocupados; el director del hospital, Edwin Chinguel, aseguraba que contaban con 17 de estos artefactos y 200 camas en Hospitalización. Incluso la ex ministra de Salud Zulema Tomas pedía sincerar la situación del Santa Rosa.

En tanto, el gerente general del Gobierno Regional de Piura, Jesús Torres Saravia, ha prometido que esta semana se adquirirán 31 ventiladores mecánicos que se sumarán a los que ya hay en el nosocomio

El sábado 18 de abril llegaron 1200 pruebas rápidas y 600 pruebas moleculares para una población de 1 millón 856 mil 809 habitantes –según el último censo del Inei-.

 

Por su parte, tras las constantes quejas de los familiares de los pacientes, Chinguel también admitió que la comunicación entre el personal de Salud y los familiares de los paciente no había sido óptima y señaló que esto iba a cambiar.

Promesas incumplidas

Pese a lo prometido, algunos familiares no ven un cambio en los canales de comunicación. Son las 6:05 de la mañana del domingo 3 de mayo y Ángel cuenta que desde el pasado jueves 30 de abril trajo a su padre desde Sullana porque en el hospital de Apoyo le dijeron que ya no había capacidad.

“No se ni siquiera si está vivo o muerto”

Después de estar tres días en Triaje, fue rotado de área, pero no sabe a dónde. Hasta el cierre de esta publicación, Ángel me llama para decirme que ya han pasado 5 días sin que nadie le de noticias de su padre. “No se ni siquiera si está vivo o muerto”, dice.

Ese día, domingo, a muchas personas les han pedido que compren medicina para sus parientes. Se ven preocupados porque temen que ninguna farmacia abra por la inmovilización social obligatoria.

 

Esta madrugada ha llovido y los familiares han dormido casi juntos debajo de los aleros de las casas cercanas. “Hace un rato llovió y viera que todos los que están sentados dentro del hospital con sus oxígenos y sin techo se han estado mojando”, dicen una madre de familia.

El Comando Covid Regional pende de un hilo. La semana pasada, cuatro médicos renunciaron al Comité Covid del Hospital de Apoyo de Sullana.

Además, la Defensoría del Pueblo ha detectado que el Plan Covid no tiene acciones para resguardar la salud de las personas incluidas en grupos de alto riesgo como reos, embarazadas, personas de la tercera edad. También, han respaldado a la población con la falta de atención a la línea 113.

Tras el anuncio del presidente, Martín Vizcarra, de levantar paulatinamente la cuarentena en el país, el último pedido del Comando Covid Regional ha sido solicitar declarar inmovilización social obligatoria en la región por una semana completa esperando que esto sirva para reducir los contagios.

Mientras tanto, las largas colas afuera de los bancos, mercados y supermercados seguirán formándose. Y los familiares de los pacientes Covid-19 seguir esperando por noticias.

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