Las mañanas frías, los mediodías soleados y las lluvias inesperadas están generando un impacto silencioso en la salud de muchos peruanos, en especial de los niños. Durante las últimas semanas, se ha registrado un incremento significativo en los casos de infecciones respiratorias agudas (IRAS), una situación que preocupa a las autoridades sanitarias y a las familias.
De acuerdo con la Semana Epidemiológica 16-2025 del Ministerio de Salud (Minsa), en lo que va del año se han notificado 467 441 episodios de IRA en menores de cinco años. Entre ellos, 21 356 casos fueron asma y 6 349 neumonía. Estas cifras han encendido las alertas y evidencian la vulnerabilidad del sistema inmunológico infantil frente a los cambios de temperatura.
Alimentación: la primera barrera de defensa
Frente a este panorama, la nutricionista María del Carmen Baras, docente de la Universidad César Vallejo, señala que “el sistema inmunológico de los niños es especialmente vulnerable durante los cambios bruscos de temperatura. Por eso, una alimentación equilibrada y algunos cuidados en casa pueden marcar la diferencia”.
Entre sus principales recomendaciones están:
- Incluir en la dieta proteínas como pescado, huevo y menestras.
- Consumir frutas ricas en vitamina C, como naranja, papaya y kiwi.
- Priorizar vegetales de hoja verde por su contenido en antioxidantes y minerales.
- Evitar productos ultraprocesados y reducir el azúcar.
- Asegurar una buena hidratación y un descanso adecuado.
La especialista añadió: “Muchas veces subestimamos el poder de una buena alimentación. Pero lo cierto es que es nuestra primera barrera de defensa contra virus y bacterias, sobre todo en esta temporada donde el clima cambia de un momento a otro”
Prevención y cuidados en casa
Mientras el clima sigue siendo impredecible, las autoridades de salud destacan la importancia de mantener la vigilancia ante síntomas respiratorios como fiebre, tos o dificultad para respirar. El tratamiento temprano puede prevenir complicaciones, especialmente en los más pequeños.
Los especialistas coinciden en que el mejor escudo para los niños sigue siendo una combinación de buena nutrición, higiene constante y un entorno afectivo estable. En tiempos de inestabilidad climática, reforzar estas prácticas es más necesario que nunca.
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