En el marco de las celebraciones por Semana Santa, muchos se preguntarán qué significa y por qué se escenifica el Vía Crucis en el Viernes Santo. En la siguiente nota encontrarás todos los detalles.
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La escenificación del Vía Crucis consiste en recorrer espiritualmente el camino que hizo Jesús hasta el monte Calvario mientras cargaba la Cruz donde iba a ser crucificado; así como la oportunidad de interiorizar en su sufrimiento.
“Vía Crucis” en latín significa “El camino de la Cruz”; el cual está compuesto por 14 estaciones que representan las escenas de la Pasión de Cristo.
Las estaciones son un repaso de los pasos que siguió Jesús, como las caídas y algunos encuentros con María. Antiguamente, el número de estas variaba considerablemente en diferentes lugares, pero ahora se prescriben 14:
- Cristo es condenado a muerte
- Jesús es cargado con la Cruz
- Su primera caída
- Se encuentra con su Santísima Madre
- Simón de Cirene es obligado a cargar la cruz
- La Verónica limpia el rostro de Cristo
- Su segunda caída
- Su encuentro con las mujeres de Jerusalén
- Su tercera caída
- Jesús es despojado de sus vestiduras
- Su crucifixión
- Su muerte en la cruz
- Su cuerpo es bajado de la cruz
- Es colocado en el sepulcro
La representación del Vía Crucis ayuda a los católicos a imaginar los pasos de Jesús a su crucifixión y sentir su sufrimiento y sentimientos en esos momentos.
El Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia afirma que el Vía Crucis es “un camino lleno del Espíritu Santo, fuego divino que ardía en el pecho de Cristo y lo impulsó hasta el Calvario; es un camino que ama la Iglesia, que ha conservado la memoria viva de las palabras y de los acontecimientos de los último días de su Esposo y Señor”.
Asimismo, se indica que en este ejercicio de piedad confluyen varias características de la espiritualidad católica: “la comprensión de la vida como camino o peregrinación; como paso, a través del misterio de la Cruz, del exilio terreno a la patria celeste; el deseo de conformarse profundamente con la Pasión de Cristo; las exigencias de la sequela Christi, según la cual el discípulo debe caminar detrás del Maestro, llevando cada día su propia cruz”.
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