Políticas medio ambientales: Derechos Humanos

La Opinión Consultiva OC-23/17 dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos a solicitud del Estado Colombiano da pautas de futuro en materia de la vinculación del medio ambiente con los Derechos Humanos. Este órgano confirmó el carácter total de los derechos en juego al entender que podían resultar violados no solo por denegarlos, sino que también por dañar sus partes integrantes, como por ejemplo  la contaminación del agua o los alimentos. Sostuvo que, si bien los Estados nacionales no podían ser responsables de todas las conductas de los particulares que afectaran al medio ambiente, si lo eran por la falta de regulación, supervisión o fiscalización a las actividades que realizaran contra el medio ambiente.

Este salto cuantitativo y cualitativo en donde la Corte Interamericana claramente no se opone al Desarrollo Económico de los pueblos pero pone cotos claros y límites para proteger el medio ambiente desarrolla un nuevo derrotero. Los Estados tienen 3 obligaciones fundamentales: a) Debe Regular la actuación de los particulares sin OPONERSE a la explotación de los recursos naturales pero si poniendo coto firme a los abusos y maldades contra el Medio Ambiente. b) El Estado debe Supervisar la actuación de los particulares para evitar daños a la ecología. c) El Estado debe sancionar los excesos y atentados contra el Medio Ambiente cometido por particulares.

Los Estados de ahora en adelante tendrán que comprometer que sus acciones en materia de salud, agua o alimentación, no pueden ser alejadas ni menos recortadas de la protección ambiental, sean propias o de particulares sometidos al orden jurídico. Lo que la Corte logró con esta opinión es determinar la totalidad de la protección a la vida desde el hábitat. Más allá de si las empresas inversionistas son nacionales o extranjeras y más allá de si unas u otras alegan tratos preferenciales o su mera condición de particulares, los gobiernos pueden ser condenados por no haberlas regulado, supervisado o sancionado. Un referente básico que tendrá consecuencias innegables. Ni más ni menos.