Yessica Ipanaqué Chiroque, una joven madre de 27 años, trabajaba desde muy temprano hasta la noche para poder aportar en la economía de su hogar, sin embargo, desde el año pasado decidió ser su propia jefa y tener un negocio en su hogar, aquello le da ganancias y la mantiene cerca de sus hijos.

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Yesica Ipanaqué vive en Alto de la Cruz, distrito de La Arena – Piura, una zona rural de extrema pobreza en la ciudad. Especialmente, desde que fue golpeada por el fenómeno del “Niño Costero” lo que agravó la situación económica de sus habitantes.

Ella sabía que, por entonces mantener un hogar no era nada fácil, implicaba sacrificios para poder cubrir los gastos de su familia, por eso tenía que levantarse desde muy temprano para salir a trabajar a un lugar lejano ubicado a una hora de su comunidad.

Necesitaba dejar a sus cuatro hijos encargados con sus abuelas, luego de trabajar todo el día, regresaba a su casa a las 8:00 de la noche. Conformándose con contemplarlos mientras dormían. Era poco el tiempo que, algunas veces, podía disfrutar con ellos.

Es por eso que, en julio del 2018, Yesica decidió participar del curso: Finanzas para jóvenes emprendedores, capacitación impulsada por el proyecto Somos Chamba. Es gracias a lo que aprendió allí que pudo emprender su propio negocio y así motivar a más mujeres.

Entendió que hacer sacrificios es válido, pero generar sus propias oportunidades es mejor. Su fortaleza, valentía e inteligencia, además del gran aporte del proyecto la ayudaron a crear su tienda de abarrotes en su hogar. “Solo me bastó conocer como emprender un negocio para hacer mi sueño realidad”, señaló.

Actualmente, sus ingresos han crecido hasta en un 20%, volviéndose un negocio rentable que le ha permitido mejorar sus condiciones de vida. Además, este trabajo ha convertido en una meta familiar en el que sus hijos y esposo suman esfuerzos para poder salir adelante.

    Yesica Ipanaqué en la tienda de abarrotes en su hogar

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