El padecimiento es conocido como "autoitis" y se presenta en tres niveles de gravedad diferentes.

Se nos hizo costumbre. Tomarnos fotografías de nosotros mismos y subirlas a las distintas redes sociales de pronto se hizo una actividad cotidiana que ya no vemos como algo anormal o que raye en lo narcisista. Contrario a lo que dicen algunos psicólogos, no creemos tener alguna enfermedad mental o baja autoestima por compartir imágenes de nosotros mismos en Facebook.

Sin embargo, un par de psicólogos publicaron un estudio en la Revista Internacional de Salud Mental y Adicción en el que el término "autoitis" comienza a tener una definición real. Tomarse selfies es síntoma de padecer una afectación mental.

Una condición real

Mark D. Griffiths y Janarthanan Balakrishnan indicaron que la "autoitis" es una condición real y que puede ser diagnosticada como una toma excesiva de selfies. Para este estudio, desarrollaron una escala de comportamiento de autismo y encuestaron a 400 participantes en la India.

Esta escala, desarrollada por primera vez por estos psicólogos, evalúa en tres niveles la gravedad de la autoitis. El primero es cuando nos tomamos por lo menos tres selfies al día, aunque no las publiquemos en redes sociales. El segundo nivel es el agudo, que es cuando las selfies ya son publicadas en redes sociales, y la etapa crónica alude a publicar por lo menos seis fotos de nosotros mismos.

"Típicamente, aquellos con la condición crónica sufren de falta de confianza en sí mismos y buscan encajar en la vida de quienes los rodea", indicó Balakrishnan. "Pueden mostrar síntomas similares a otros comportamientos potencialmente adictivos".

Más Investigaciones

Los psicólogos esperan que ahora que se ha determinado que la definición conocida como "autoitis" existe, se realicen mayores investigaciones respecto a la enfermedad mental que supone tomarse selfies en exceso para después publicarlas en redes sociales.

"Ahora esperamos más investigaciones para comprender cómo y por qué las personas desarrollan este comportamiento potencialmente obsesivo y qué se puede hacer para ayudar a quienes se vean más afectadas", declaró Griffiths.

Pero estudios de este tipo siempre tienen detractores. Mark Salter, portavoz del Royal College of Psychiatrists, indicó que la autoestima en realidad no existe y que es demasiado irresponsable etiquetar el comportamiento narcisista del ser humano (algo que él define como natural) de esta manera. "Existe una tendencia a tratar de etiquetar toda una gama de comportamientos humanos complejos con una sola palabra. Eso es peligroso porque puede convertir en real, algo que claramente no lo es", sentenció Salter.

 

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