El Señor colgado en la Cruz en la que fue clavado, ya no puede escapar del patíbulo. Sus llagas atormentan todo su cuerpo; la corona de espinas martirizaba su cabeza; sus ojos estaban llenos de sangre, sus manos y sus pies heridos estaban traspasados por los clavos y su alma desolada, triste y abatida.
Junto a la Cruz, estaban los responsables que no pensaron retirarse, porque se sentían victoriosos. Se reían, bromeaban y blasfemaban. Todo esto padeció el Señor Jesús; pero como en su corazón no cabe el odio y la venganza, pidió al Padre que los perdone porque no sabían lo que hacían.
Cuando reflexionamos en este acontecimiento, no acabamos de entender como de su alma torturada por el dolor, todavía puede brotar palabras de comprensión y perdón. ¡Qué hermosas lección nos dio el Señor!. Por eso con autoridad nos pide que perdonemos siempre a nuestros enemigos o a los que nos hacen mal. El odio y la venganza podrían llevarnos al enfrentamiento, a la violencia y la muerte del hermano (prójimo).
El perdón y la comprensión nos acercan, nos amistan, cierran heridas y nos permiten oportunidades, nos facilita para que podamos cumplir con este mandato del Señor de perdonar incluso a nuestros enemigos.
Sabemos que eso no es fácil, por eso hay que pedirle al Señor que nos enseñe a ser comprensivos y pacientes; que nos enseñe a perdonar y que nos ayude a recordar lo que decimos cuando rezamos El Padre Nuestro “Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
Si alguna vez nos encontramos perseguidos e incomprendidos y no podemos convencer y persuadir nuestros detractoras o enemigos; por amor a Dios y al prójimo, en honor a la hermandad y unidad y porque queremos seguir las enseñanzas y ejemplos de Jesucristo, si es necesario, hay que decir: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”.
(Autor: Padre Pedro Chully Chunga)
Las 7 Palabras
PRIMERA PALABRA: «Padre perdónalos por que no saben lo que hacen»
SEGUNDA PALABRA: «En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso»
TERCERA PALABRA: «He aquí a tu hijo, he aquí a tu madre»
CUARTA PALABRA: “Dios mío, Dios mío ¿Porqué me has abandonado?”
SEXTA PALABRA: «Todo está consumado»
SÉPTIMA PALABRA: «Padre en tus manos encomiendo mi espíritu»