El Ministerio de Salud (Minsa) alertó que, debido a la crisis ocasionada por la covid-19, los trastornos del sueño se han vuelto frecuentes en la población peruana. A ello, también se le suma cambios en los estados de ánimo, ansiedad, depresión.

“La persona que no tiene una buena calidad de sueño o no duerme bien, por lo general va a presentar somnolencia diurna, irritabilidad, malestar en el cuerpo y dificultad en su capacidad de concentrarse”, explicó Rolando Pomalima Rodríguez, responsable de la Dirección de Niños y Adolescentes del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) del Minsa.

Asimismo, precisó que los más afectados son los niños pequeños y los adolescentes. En los niños el ‘miedo al contagio’ y el ‘encierro/confinamiento largo’, viene obstaculizando su proceso de socialización, necesario para su normal desarrollo.

En los adolescentes, el abuso de aparatos electrónicos los lleva a acostarse de madrugada. Esto altera su ciclo normal de sueño-vigilia, que se encuentra regulado por su reloj biológico y cuya función es iniciar y finalizar el sueño, provocándoles una ‘inversión del sueño’.

Además, explicó que estas personas duermen durante el día y están despiertos por la noche, teniendo como consecuencia alteraciones del estado de ánimo, baja concentración y rendimiento escolar, principalmente.

¿Cómo afrontar el problema?

Pomalima recomendó promover y estrechar los vínculos afectivos con todos los integrantes de la familia, apoyarse con amigos y/o familiares a través de la comunicación de las redes sociales virtuales. Esto contribuirá a que los niveles de estrés-ansiedad disminuyan y puedan conciliar mejor el sueño. 

“El acompañamiento crea vínculos afectivos. La casa se convierte en un lugar seguro para una comunicación abierta que permite acercarse a la familia”, acotó.

Asimismo, sugirió comer de forma saludable, con alta ingesta de alimentos naturales; dormir de noche y vivir de día; exponerse a la luz solar, realizar actividad física (al menos media hora); evitar consumo de sustancias estimulantes, sobre todo en la tarde, como café, té, tabaco; limitar la exposición a pantallas y si se tiene hábito de tomar siestas, que no superen los 30 a 40 minutos.

De igual modo, indicó que se debe evitar consumir pastillas para dormir y no automedicarse, ya que muchos de estos fármacos tienen efectos secundarios y pueden desarrollar dependencia.

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