El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abás Araqchí, declaró este sábado que su país se reserva “todas las opciones” para defender su soberanía, en respuesta al reciente bombardeo de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares iraníes.
Las declaraciones se producen en medio de una escalada de tensiones en la región, tras los ataques ordenados por Washington, que han sido calificados por Teherán como una violación al derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.
Irán denuncia violación a la Carta de la ONU
A través de un mensaje difundido en la red social X, el canciller iraní sostuvo que su país actuará conforme al derecho a la defensa propia:
“De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y sus disposiciones que permiten una respuesta legítima en defensa propia, Irán se reserva todas las opciones para defender su soberanía, sus intereses y su pueblo”.
Araqchí acusó a Estados Unidos de cometer una “grave violación de la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y el TNP (Tratado de No Proliferación Nuclear)”, al atacar instalaciones nucleares de carácter pacífico, según aseguró.
Calificó los ataques de “indignantes” y advirtió que tendrán consecuencias:
“Los sucesos de esta mañana son indignantes y tendrán consecuencias duraderas. Todos los miembros de la ONU deben estar alarmados por esta conducta extremadamente peligrosa, ilegal y criminal”.
Estados Unidos confirma ataque a tres instalaciones nucleares
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó los bombardeos en un mensaje publicado en la red Truth Social, donde informó que las instalaciones de Fordó, Natanz e Isfahán fueron “atacadas con éxito”.
“Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares de Irán”, indicó Trump.
Estos son los primeros ataques estadounidenses dentro del actual conflicto entre Irán e Israel. Tras los bombardeos, el Centro de Seguridad Nuclear de Irán aseguró que no se han detectado señales de contaminación radiactiva en las zonas atacadas y que los residentes cercanos a las plantas nucleares “no corren ningún peligro”.