Los expertos de la Comisión Multisectorial para el Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) —responsable del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño—, van siguiendo la evolución de los indicadores oceánicos y atmosféricos. Este monitoreo es fundamental para detectar posibles cambios ante la presencia de La Niña.
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Rina Gabriel Valverde, vocera de la Comisión Multisectorial Enfen, señaló que, es temprano para predecir la ocurrencia de un evento La Niña en Perú para este año. La proyección climatológica se da en medio de la disminución de la intensidad de El Niño costero.
Sin embargo, los especialistas anticipan una transición de la temperatura superficial del mar en los próximos meses. Esto genera incertidumbre entre la población costera y los sectores económicos dependentes del clima.
Asimismo, la probabilidad de La Niña asciende a un 73%, según un reciente informe de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos —líder en la investigación del clima en la región del Océano Atlántico.
Frente a esta probabilidad, según el comunicado número 01-2024 de Enfen, hasta junio de este año, existe un 20% de posibilidades de que se presente un enfriamiento débil del mar peruano, y un margen no mayor al 10% para un enfriamiento moderado.
¿Qué efectos produce La Niña?
Cuando se presenta La Niña costera en Perú ocurre la falta o escasez de lluvias en la costa y un aumento de las precipitaciones y bajas temperaturas en la sierra y la selva.
Además, el descenso de la temperatura del aire, junto con otros factores climáticos, como el aumento de la humedad y la velocidad del viento. Esto intensifica la sensación de frío en la población que vive en la costa.
Ante ello, ocurre afectación en la agricultura costera. Especialmente los productores dedicados al cultivo de maíz, la papa, la cebada, el arroz, el plátano, el trigo y el frijol.
En tanto, en el sector de la pesca, los cardúmenes se reducen en número y se alejan de la costa. Esto impacta en la anchoveta debido a que expande su cobertura hacia la zona oceánica y se dispersa. En esa línea, si bien, aquello beneficia a la especie, no favorece a los pescadores, puesto que deben desplazarse más lejos para capturar el recurso.
Por otro lado, especies como la lorna y el pejerrey resultan favorecidas durante un episodio de La Niña, mientras que con la lisa ocurre lo contrario, al igual que con otros recursos como la pota, el pulpo y la concha de abanico.