El Congreso de España aprobó definitivamente la ley que despenaliza la eutanasia. Dicho acto convierte al país en uno de los pocos que permitirá a un paciente incurable recibir ayuda para morir y evitar su sufrimiento.
La actual ley recibió la luz verde en el Congreso de los Diputados con 202 votos a favor, de la izquierda, centro y regionalistas. Asimismo, obtuvo 141 en contra, de la derecha y la extrema derecha, y dos abstenciones.
La norma española autoriza la eutanasia (el personal médico administra la sustancia mortal) y el suicidio asistido (la persona se encarga de tomar la dosis prescrita).
Cuarto país
«Hoy somos un país más humano, más justo y más libre. (…) Gracias a todas las personas que han peleado incansablemente para que el derecho a morir dignamente fuera reconocido en España», tuitéo el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez.
Dicho decreto entrará en vigor después de una moratoria de tres meses. De este modo, España será el cuarto país europeo en permitir la muerte asistida, tras Holanda, Bélgica y Luxemburgo.
Cabe resaltar que en América Latina, solo Colombia la acepta, aunque no ha legislado al respecto.
Condiciones estrictas
La norma estipula que toda persona con «enfermedad grave e incurable» o padecimiento «crónico e imposibilitante» podrá solicitar ayuda para morir y así evitarse «un sufrimiento intolerable».
Asimismo, se imponen estrictas condiciones. Por ejemplo, que la persona, de nacionalidad española o residente legal, sea «capaz y consciente» al hacer la petición. Además, debe formular por escrito «sin presión externa» y repetir quince días más tarde.
De igual modo, establece que podrá ser rechazada por el médico si considera que no se cumplen los requisitos. Además, debe ser aprobada por otro médico y por una Comisión de Evaluación.
Y cualquier profesional de la salud puede alegar «objeción de conciencia» para negarse a participar en el procedimiento, costeado por la sanidad pública.
A favor
La legislación fue aplaudida por organizaciones que defienden el derecho a morir dignamente. Sobre todo, de aquellos que mantuvieron una lucha de décadas, durante las cuales sonados casos visibilizaron la problemática.
Hoy «es un día muy feliz», aplaudió Asun Gómez, una periodista de 54 años durante una manifestación en Madrid a favor de la ley. Recordó que fue llamada «asesina» por querer ayudar a morir a su marido, finalmente fallecido en 2017 por esclerosis múltiple.
En contra
La Iglesia católica y partidos de derecha y extrema derecha rechazan la legislación, mientras que su aplicación genera interrogantes en algunos sectores médicos, que afirman que salvar a toda costa a un paciente está en «el ADN del médico».
La eutanasia «es siempre una forma de homicidio, pues implica que un hombre da muerte a otro», indicó la Conferencia Episcopal Española (CEE).
«Empujar a la eutanasia» a las personas «más vulnerables (…) es un vergonzoso acto de abandono social que encubre una negación a la mejor asistencia sociosanitaria», manifestó el diputado español del Partido Popular (PP, derecha), José Ignacio Echániz.