La rabia es una enfermedad mortal que se puede presentar en casi todos los animales de sangre caliente. El principal foco de infección es el mordisco de un animal infectado, que puede ser otro perro o un gato. También son transmisores importantes otros mamíferos, como los murciélagos, los zorros, los hurones, las mofetas o el ganado. Sin embargo, los roedores no suelen transmitir esta enfermedad.

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Los síntomas de la rabia se deben a la inflamación del cerebro (encefalitis) y presentan varias fases:

1- Incubación. En esta fase, el perro aún no presenta ningún síntoma de la enfermedad. Puede durar desde una semana hasta varios meses.

2- Fase pondrómica. Dura de dos a ocho días. Observarás cambios en el comportamiento habitual de tu perro. Además, es frecuente que se muerda en el lugar por dónde penetró el virus. Más tarde, el perro se volverá retraído y pasará tiempo mirando abstraído al vacío.

3- Fase agresiva. El perro se vuelve peligroso y agresivo, atacando a cualquier cosa que se mueva. Los músculos de su cara entran en espasmo y tiran de los labios hacia atrás, dejando los dientes al descubierto. Morderá a cualquiera que se cruce con él. Es una fase peligrosa en la que deberás tener cuidado.

4- Fase de parálisis. Los músculos de la garganta y la mandíbula se paralizan, quedando la boca abierta. Al no poder tragar saliva, babea y echa espuma por la boca. Puede tener náuseas. Según progresa la encefalitis, el perro pierde el control del movimiento y sufre un colapso, muriendo por insuficiencia respiratoria en uno o dos días. A veces esta fase es la única que apreciamos.

¿Qué hacer si sospechamos que nuestro perro puede haber contraído la rabia?
  • Examina a tu perro para localizar posibles mordeduras, heridas o arañazos en su cuerpo.
  • En la primera fase de la enfermedad, podrá sufrir dolores, estar agitado, o irritable, mostrar señales de malestar, tener fiebre, fotofobia, poco apetito, tos, vómitos o diarrea. Ante la duda, acude inmediatamente al veterinario para comenzar a tomar las medidas pertinentes.
  • Es posible que no observes las primeras fases y te encuentres en la última. Si tu perro sufre parálisis o saliva demasiado, sufre hidrofobia (miedo o aversión al agua) y se muestra agresivo, se muerde a sí mismo e intenta morder cualquier cosa que se mueva, acude inmediatamente al veterinario.
  • El virus de la rabia puede sobrevivir en la piel del perro hasta dos horas, así que tócalo con guantes y evita el contacto directo.
  • Existen otras enfermedades neurológicas que presentan síntomas parecidos a la rabia. Tu veterinario establecerá el diagnóstico adecuado.

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