Foto: Stocksy United

El Shih Tzu es un perro con una importante fortaleza de salud  por lo general pero, pese a ello, tiene una cierta tendencia genética a sufrir algunas enfermedades propias de su raza.

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Hay que tener en cuenta que la raza  Shih Tzu es braquicefálica, es decir, tiene el hocico corto y achatado. Los perros que tienen este problema presentan disfunciones respiratorias, debido a que tienen los orificios de la nariz más estrechos de lo normal. También presentan poca resistencia y adaptabilidad a las altas temperaturas.

Otra de las enfermedades hereditarias que puede afectar al Shih Tzu es el shunt portosistémico, que consiste en que la sangre acumula sustancias tóxicas para el sistema nervioso, por problemas de filtración del hígado. Asimismo, también merece la pena resaltar la posibilidad de que los perros de esta raza padezcan displasia renal, un trastorno que produce una degeneración paulatina de los riñones del perro, y que puede llegar a paralizarlos.

A nivel óseo, otras enfermedades habituales de los perros de esta raza son la luxación de rótula y la displasia de cadera, que consiste en una degeneración genética de la articulación de la cadera, que impide que encaje de manera adecuada con la cabeza del fémur y provoca cojera y dolor al moverse. En cuanto a la luxación de rótula, hay que señalar que es un desplazamiento del hueso que provoca problemas de movilidad.

No podemos dejar de recordarte que los trastornos descritos en este artículo son los más comunes de la raza Shih Tzu, y que pueden ser tratados médicamente. No dudes en llevar a tu perro a la consulta de tu veterinario de confianza para evitarles consecuencias desagradables para su salud.

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