La exposición constante al sol sin la debida protección puede generar consecuencias graves para la salud, como el desarrollo del cáncer de piel. En en el programa «Médico en casa», la dermatóloga Martha González Girón explica qué es esta enfermedad, cuáles son sus tipos más frecuentes y cómo detectarla a tiempo para evitar complicaciones mayores.
Radiación solar y su impacto en la piel
La radiación ultravioleta (UV) es la principal causa del cáncer de piel. Existen dos tipos de rayos UV que afectan la piel:
- Rayos UVA: penetran hasta la dermis, provocando envejecimiento prematuro, arrugas y manchas. Aunque su relación con el cáncer de piel es menor, contribuyen al daño celular acumulativo.
- Rayos UVB: afectan las capas más superficiales de la piel (epidermis) y están directamente relacionados con las quemaduras solares y el desarrollo del cáncer cutáneo.
La dermatóloga González enfatiza que “el daño solar es acumulativo”, lo que significa que la exposición diaria al sol, incluso desde la niñez, va sumando efectos que pueden desencadenar enfermedades en la adultez. Por ello, se recomienda evitar exponerse al sol entre las 10:00 a.m. y las 3:00 p.m., cuando los niveles de radiación alcanzan su punto más alto. En regiones como Piura, los índices UV pueden superar el nivel 14, considerado extremadamente alto.
Prevención del cáncer de piel: uso de protector solar y otras medidas
El uso de fotoprotectores solares es una de las medidas más eficaces para prevenir el daño solar. Estos productos contienen filtros que absorben o dispersan los rayos UV antes de que dañen la piel. Se recomienda elegir un protector con FPS (Factor de Protección Solar) de 50+, ya que no hay una diferencia significativa entre los factores 50 y 100.
Es importante aplicar el protector solar 30 minutos antes de la exposición al sol y reaplicarlo cada dos a tres horas, especialmente después de nadar o sudar. Además, se aconseja utilizar:
- Sombreros de ala ancha.
- Ropa de manga larga.
- Lentes con filtro UV.
- Buscar sombra al caminar.
En el caso de niños menores de seis meses, se recomienda evitar totalmente la exposición directa al sol, ya que su piel es más sensible. A partir de los seis meses, pueden usarse fotoprotectores pediátricos, preferiblemente de tipo físico.
Tipos de cáncer de piel y cómo identificarlos
Los tipos más comunes de cáncer de piel son:
- Carcinoma basocelular: es el más frecuente y de crecimiento lento. No produce metástasis, pero debe tratarse a tiempo. Suele aparecer como una lesión perlada, a veces con vasos finos visibles y puede formar costras que no cicatrizan.
- Carcinoma epidermoide (espinocelular): es más agresivo y puede hacer metástasis. Se presenta como una herida o verruga que no cicatriza, y su aparición es más común en zonas expuestas como manos, cara, cuero cabelludo y pabellones auriculares.
- Melanoma: es el más peligroso y tiene una alta tasa de mortalidad. Puede desarrollarse sobre un lunar existente o en una zona sin lesiones previas. Los signos de alerta incluyen:
- Asimetría.
- Bordes irregulares.
- Cambios de color.
- Diámetro mayor a 6 mm.
- Evolución o crecimiento acelerado.
Es fundamental realizar autoevaluaciones periódicas de la piel y acudir al dermatólogo ante cualquier cambio o aparición de manchas nuevas, especialmente si no cicatrizan.
¿Existe predisposición genética al cáncer de piel?
La doctora González señala que si bien hay una predisposición genética, especialmente en casos de melanoma, no es necesario tener antecedentes familiares para desarrollar la enfermedad. Por lo tanto, todas las personas, sin importar su tipo de piel, deben mantener hábitos de protección solar y consultar al especialista ante cualquier sospecha.
Las pieles más claras (fototipos I y II) tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel, pero esto no excluye a quienes tienen piel más oscura. “En Perú se reportan alrededor de 3,000 casos nuevos de cáncer de piel al año”, indicó la dermatóloga, por lo que el monitoreo constante es crucial para la detección temprana.