Las intensas lluvias que azotan el sur de Brasil han provocado devastadoras inundaciones, con un saldo de al menos 56 muertos y 67 desaparecidos, según el último informe de la Defensa Civil.

El desastre ha dejado vías y comunicaciones interrumpidas en el estado de Rio Grande do Sul, afectando severamente la capital, Porto Alegre. Hasta el momento, las autoridades continúan solicitando evacuaciones en algunas áreas que están sumergidas bajo el agua desde el amanecer.

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Las brigadas de rescate están enfrentando enormes desafíos para llegar a numerosos municipios aislados, donde las comunicaciones están cortadas y las carreteras bloqueadas. Muchos de estos lugares carecen de energía eléctrica y agua potable. La situación se agrava por las advertencias de posibles rupturas de presas debido al volumen excepcional de los ríos.

Las imágenes aéreas de la zona muestran vastas extensiones completamente inundadas, con puentes y carreteras destruidas. Se están llevando a cabo rescates con helicópteros, incluyendo la evacuación de personas desde techos. Este evento se describe como el “peor desastre” en la historia del estado.

El estado de Rio Grande do Sul de Brasil ya había enfrentado varios eventos climáticos extremos el año pasado, incluyendo el paso de un ciclón en septiembre que resultó en la muerte de más de 30 personas.

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