El turrón es uno de los postres más consumidos en el mes de octubre, debido a su gran tradición cultural y su relación con la festividad del Señor de los Milagros. Sin embargo, el dulce gustito puede convertirse en un gran daño para nuestra salud.
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Según la organización de Nutricionistas en Acción, ingerir una porción de turrón de 125 gramos equivale a comer ocho panes franceses y puede aportar hasta 500 calorías al organismo.
“Los azúcares refinados con los que están hecho un turrón no son buenos para la salud porque si se consume en exceso puede generar hiperglucemia (altos niveles de azúcar en la sangre)», advirtió Flor Maria Oscco, representante de la organización.
Pero no te preocupes, existen otras versiones saludables de este popular postre y Erick Andersen, chef y profesor de la Carrera de Alta Cocina del Instituto Columbia te presenta dos de ellas, que se pueden adecuar a tus gustos.
Turrón de quinua con maracuyá: se reemplaza la harina de trigo por harina de quinua para la base y a su vez se opta por miel de maracuyá. Esta es una excelente opción para celiáticos y diabéticos, ya que es libre de gluten, ligero y bajo en azúcar.
Turrón de yuca con cocona: para preparar la base del turrón se usa la harina de yuca, la cual no contiene gluten, ni grasas o azúcares y tiene bajo contenido de sal. La miel se puede realizar con ají dulce y cocona, una fruta de la selva rica en hierro y baja en colesterol.
Otras recomendaciones
De acuerdo a Flor Maria Oscco, representante de Nutricionistas en Acción, si ingieres este dulce, la comida principal del día debe ser muy ligera y a base de verduras.
No acompañes el turrón con bebidas azucaradas como refrescos o gaseosas. Si consumes este postre, debe ser la única fuente de azúcar del día.
Evita mezclar este dulce con frituras, donde la grasa saturada sea alta.
Lo más recomendable es que el turrón se consuma a media mañana para que sirva como energía durante todo el día.
Asimismo, debido al que el turrón contiene altas cantidades de harina, azúcar y manteca, las personas que padecen de sobrepeso o diabetes deben evitar su consumo, más aún si se tienen hábitos sedentarios.
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