Cada 30 de agosto se conmemora a Santa Rosa de Lima, la primera santa de América y patrona de la Policía Nacional del Perú. Sin embargo, pocos conocen los detalles de la enfermedad que marcó sus últimos días de vida. Durante tres años padeció intensos dolores y, en sus últimos meses, reveló premoniciones sobre su muerte. Esta es la historia de cómo vivió sus últimos momentos antes de fallecer el 24 de agosto de 1617, a los 31 años.
La enfermedad que padeció Santa Rosa de Lima
En los relatos sobre la vida de Santa Rosa de Lima, se cuenta que, durante tres años, la santa peruana sufrió una grave enfermedad que afectó progresivamente su salud. Los últimos tres meses los pasó en la casa de Gonzalo de la Maza y María de Uzátegui, amigos cercanos de su familia, a quienes les pidió que la cuidaran.
Según los testimonios, Rosa anticipó su muerte con estas palabras:
“Ha de saber, madre mía que de aquí a cuatro meses he de hacer el viaje último. Los dolores de la enfermedad serán atroces y tendré una sed insufrible, y así desde ahora le pido por caridad que me socorra en aquel lance tan apretado. Prométame, madre mía de que no me dejará en aquel mortal incendio de sed sin darme agua cuando la pida”.

¿Cómo fueron los últimos días de Santa Rosa de Lima?
El 1 de agosto de 1617, la salud de Santa Rosa se agravó considerablemente. Los médicos de la época quedaron desconcertados ante su deterioro físico y la palidez extrema que presentaba. A pesar del sufrimiento, Rosa se mantuvo serena y confesó: “Estoy experimentando en algún modo todos los dolores de Jesús crucificado”.
El 6 de agosto, la santa sufrió una hemiplejía, que derivó en parálisis progresiva. Poco después, su enfermedad provocó pulmonía y fiebre alta. Finalmente, el 24 de agosto de 1617, Santa Rosa de Lima falleció víctima de tuberculosis, según los registros históricos y su primera biografía escrita por Leonardo Hansen. Tenía 31 años y murió en vísperas de la festividad de San Bartolomé, tal como había predicho.