María Reiche fue una matemática, arqueóloga y divulgadora científica nacida en Alemania, conocida por su incansable labor en la investigación y conservación de las Líneas de Nazca, en el sur del Perú. Su historia comenzó en la década de 1940, cuando, movida por la curiosidad científica, llegó al país y descubrió el legado milenario oculto en el desierto de Ica.

Acompañada por el investigador Paul Kosok, María Reiche sobrevoló por primera vez las Pampas de Nazca, momento que marcó un antes y un después en su vida. Desde entonces, consagró su existencia al estudio, protección y difusión de estos geoglifos, enfrentando obstáculos sociales y políticos que, en ese entonces, no valoraban la magnitud cultural de estas figuras trazadas en la arena.

¿Cuál fue el trabajo de María Reiche en las Líneas de Nazca?
La labor de María Reiche en las Líneas de Nazca fue integral. Durante más de 50 años, estudió y registró meticulosamente las más de 300 figuras geométricas, zoomorfas y fitomorfas que componen este complejo sistema de geoglifos. Su trabajo incluyó el trazado de mapas, la limpieza de las líneas para evitar su desaparición y la elaboración de teorías sobre su posible uso astronómico o ceremonial.

Además, promovió campañas de sensibilización, educación y defensa del sitio arqueológico, logrando reconocimiento nacional e internacional. Gracias a su esfuerzo, las Líneas de Nazca fueron declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco en 1994.
Un legado que sigue vigente
Aunque María Reiche falleció en 1998, su legado continúa siendo fundamental para la protección del patrimonio cultural del Perú. Las Líneas de Nazca, aún rodeadas de misterios sobre su origen y función, siguen siendo objeto de estudio por parte de arqueólogos y científicos. Su conservación enfrenta desafíos constantes, como el crecimiento urbano, el tráfico vehicular y otras intervenciones humanas.

El trabajo iniciado por María Reiche ha inspirado la creación de políticas de conservación, unidades ejecutoras especializadas y mesas técnicas que buscan proteger este legado ancestral. Asimismo, su vida se ha convertido en ejemplo de vocación científica, compromiso cultural y defensa del patrimonio.