La migraña es un trastorno neurológico crónico que se diferencia claramente de un dolor de cabeza común. Según el doctor Alejandro Meretta, este tipo de cefalea afecta a cerca del 13% de la población mundial y puede llegar a ser incapacitante. En su intervención, el especialista detalló qué la provoca, cuáles son sus síntomas, los tratamientos más efectivos y cómo prevenir sus episodios.
Qué es la migraña y cómo se manifiesta
El doctor Meretta precisó que la migraña se origina por la inflamación de las meninges —las membranas que protegen el cerebro— y la irritación del nervio trigémino, responsable de la sensibilidad facial.
“Antes se pensaba que era una condición vascular. Ahora sabemos que se desencadena porque se liberan péptidos que inflaman las meninges”, explicó el especialista.
A diferencia de un dolor de cabeza tensional, la migraña suele afectar solo una mitad del rostro y se acompaña de otros síntomas. Cerca de un tercio de los pacientes experimentan aura, una señal previa al ataque caracterizada por visión de túnel, destellos luminosos o alteraciones sensoriales. Estos episodios suelen anteceder al dolor más intenso y pueden provocar una limitación funcional temporal.
Factores de riesgo y causas más comunes
La migraña puede afectar a cualquier persona, pero es más frecuente en mujeres entre los 20 y 50 años, probablemente por la influencia hormonal de los estrógenos. Meretta destacó además el componente hereditario: “Si existen antecedentes familiares de migraña, es probable que también se desarrolle la enfermedad”.
El especialista recomendó llevar un diario de la migraña, herramienta que permite registrar la frecuencia, duración y posibles desencadenantes de cada episodio. Entre los más comunes se incluyen el estrés, los cambios de temperatura, la deshidratación y el consumo de alimentos como chocolate, quesos añejos o bebidas alcohólicas.
Síntomas y diagnóstico médico
El dolor de cabeza intenso no siempre indica migraña. Meretta señaló que este trastorno se distingue por su carácter neurológico y su complejidad: “No todo dolor fuerte es migraña. Si aparecen síntomas distintos o un patrón nuevo en personas mayores, se deben realizar estudios para descartar otras enfermedades como un ACV o tumores”.
El diagnóstico temprano permite aplicar tratamientos específicos y evitar complicaciones. La consulta con un neurólogo es fundamental para identificar el tipo de migraña y establecer un plan de manejo adecuado.
Tratamiento médico de la migraña
En relación con las terapias disponibles, Meretta explicó que la ergotamina, usada durante décadas, ya no se recomienda. “El tratamiento inicial comienza con antiinflamatorios no esteroides como el ibuprofeno. Según la gravedad y la frecuencia, el médico puede indicar medicamentos más específicos”, precisó.
En casos de migrañas crónicas o resistentes, existen anticuerpos monoclonales que bloquean las sustancias responsables de la inflamación y el dolor. Estas terapias biológicas, ajustadas por el especialista, han mejorado significativamente la calidad de vida de los pacientes.
El neurólogo subrayó que cada persona debe asumir su tratamiento como parte de un manejo integral: “La migraña es una enfermedad crónica que puede controlarse con seguimiento médico y cuidados personales”.
Prevención y autocuidado
Meretta destacó que la prevención es clave para reducir la frecuencia e intensidad de los ataques. Evitar los desencadenantes, mantener una hidratación adecuada y dormir las horas necesarias son medidas básicas.
El diario de la migraña ayuda a identificar patrones y factores individuales, lo que permite ajustar el tratamiento y mejorar el control de los síntomas.
Además, el especialista advirtió sobre el peligro de la automedicación: “No todos los medicamentos de venta libre son seguros o efectivos. Algunos, como la ergotamina, pueden generar riesgos y ya no forman parte de las guías internacionales”.
Finalmente, Meretta instó a los pacientes a no resignarse a convivir con el dolor: “La migraña, si se diagnostica y trata a tiempo, no obliga a interrumpir la vida cotidiana. Consultar a un neurólogo y seguir el tratamiento adecuado permite recuperar el bienestar y prevenir complicaciones”.


