El término “phubbing” es la asociación de phu-, de phone (“teléfono”) y –bbing, de snubbing (“ningunear”)  y se creó para hacer referencia al acto de ignorar a quien nos acompaña por prestarle atención al teléfono móvil.

Phubbing o “ningufoneo” es una práctica descortés que ha tomado protagonismo en la vida diaria. Foto: Internet

La Fundación del Español Urgente, creada en 2005 y asesorada por la RAE, propone que este término se traduzca como “ningufoneo”.

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Desde la aparición de los smartphones, se ha vuelto cotidiano que las personas combinen su vida real con su permanencia en redes. Esta práctica es mucho más seria de lo que aparenta, ya que, si la persona establece cierta preferencia al contacto en redes que a la interacción cara a cara, podría arruinar sus relaciones más cercanas.

Las relaciones suelen romperse a causa del desinterés de quien prefiere el celular. Foto: Internet

Son múltiples los factores que provocan esta adicción al celular: la falta de autocontrol, el miedo a dejar pasar algo “significativo” o la dependencia al Internet.

Aunque sea difícil dejar de lado al pequeño aparato tecnológico, es importante que tomes medidas para reducir el impacto de este comportamiento descortés en tus relaciones sociales:

Desactiva las notificaciones

Desactivar los avisos que se cuelan en tu rutina podría ser un gran paso para que olvides por un momento tu vida en redes y te concentres en pasar más rato con quienes más amas. Una notificación puede esperar, la persona que tienes al lado no.

Las notificaciones pueden esperar. Foto: Internet

Crea un horario

Si se te hace complicado alejarte de tu celular del todo, crea un horario en el que incluyas la interacción en línea solo después de haber acabado alguna actividad o en un rato realmente libre (sin una compañía a la que puedas ignorar). Además, el cumplimiento de un cronograma irá formando tu templanza hasta que te conviertas en dueña de tu tiempo otra vez.

El autocontrol puede empezar por el cumplimiento de un horario. Foto: Internet

Apaga el celular

No es un pecado desconectarse del mundo virtual por un momento, si tienes actividades que requieran tu atención, apaga el celular. Después de que hayas acabado tu quehacer podrás comprobar que la satisfacción es una buena recompensa.

¡Conéctate con tu mundo real! Foto: Internet

Recuerda tus normas de cortesía

Ser cortés implica atender de manera amable a quien te rodea, por tanto, reemplazarlo por un celular es una forma muy grosera de decirle a alguien que te importa poco. Recuerda tus normas de cortesía, si a ti no te gusta que te traten así, entonces no lo hagas tú.

El tiempo con tus amigos es mucho más valioso. Foto: Internet

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