El consumo de jugos azucarados y gaseosas en los niños, por el contrario de calmar la sed, causan deshidratación. Así lo advirtió María Góñez del Águila, pediatra de EsSalud. La especialista indicó que estas bebidas causan la pérdida de electrolitos, minerales que mantienen hidratado el cuerpo.
Del Aguila explicó que cuando los niños juegan, sudan y pierden líquidos y electrolitos, más en temporada de verano, por lo que recomendó reemplazar las gaseossas y jugos no naturales por agua y jugos caseros. Además, sugirió que el niño debe ingerir cuatro vasos de agua al día como mínimo.
Sostuvo que el comer frutas y verduras ayudan a la hidratación del cuerpo. “Los niños son activos, sudan y necesitan líquidos, y si se les da gaseosas o jugos azucarados se deshidratarán mucho más. La dieta de los pequeños es 80% líquidos”, aseguró.
Por otra parte, Góñez explicó que, a parte de la deshidratación que ocasionan, las gaseosas aumentan las calorías por el exceso de azúcar que contienen, y pueden llevar al sobrepeso. Señaló que el benzonato, ingrediente de las gaseosas y jugos azucarados, disminuye la absorción del potasio en el cuerpo.
Agregó que cuentan con altos niveles de ácido fosfórico, que puede ocasionar descalcificación y cálculos renales.