El uso prolongado de dispositivos electrónicos en niños, como celulares, tablets y computadoras, puede tener repercusiones en su salud visual. En una reciente edición del programa “Médico en Casa”, la oftalmóloga Patricia Montoya Reyes explicó cómo se desarrolla el sistema visual infantil y cuáles son los riesgos asociados al uso excesivo de pantallas en edades tempranas.
Desarrollo de la visión infantil y su relación con las pantallas
El ojo humano comienza a desarrollarse desde la etapa gestacional, especialmente la retina, que es fundamental para la formación de imágenes. A partir de los seis meses de vida, los niños inician un proceso progresivo de maduración visual que culmina alrededor de los 8 a 12 años, cuando logran una visión similar a la de un adulto.
Durante los primeros años, la visión de los niños es limitada y se va perfeccionando conforme crecen. Por ejemplo, un niño de dos años puede ver bien a uno o dos metros, mientras que a los ocho años ya debería ver claramente a distancias de seis metros. Por ello, es común que en los primeros años los menores se acerquen mucho a las pantallas o pizarras, lo que no necesariamente indica un problema visual. Sin embargo, si esta conducta persiste en niños mayores, puede ser señal de algún defecto refractivo como miopía, hipermetropía o astigmatismo.
La doctora Montoya recordó que en Perú existe un tamizaje visual obligatorio en recién nacidos, que permite detectar enfermedades oculares congénitas como cataratas o glaucoma. Además, recomendó realizar controles oftalmológicos periódicos desde los seis meses de edad, especialmente si existe antecedentes familiares de problemas visuales.
Exposición a pantallas: tiempos recomendados y efectos secundarios
Las pantallas modernas emiten luz azul, que puede sobreestimular las células nerviosas del ojo. Esta sobreexposición, sobre todo en menores de seis años cuyo sistema visual aún está en desarrollo, puede acelerar la aparición de defectos refractivos.
La doctora Montoya explicó que los menores de seis años no deberían usar dispositivos electrónicos. A partir de esa edad, se recomienda un uso limitado: media hora diaria para niños de seis años, una hora para niños de siete y ocho años, y así progresivamente. Además, se sugiere aplicar la regla del 20-20, que consiste en descansar 20 minutos tras cada dos horas de exposición a pantallas.
Uno de los efectos más comunes del uso prolongado de dispositivos es la sequedad ocular, ya que los niños parpadean menos cuando están concentrados en la pantalla. Esto puede provocar inflamación, lagrimeo constante y picazón, lo que conlleva a frotarse los ojos de forma excesiva, aumentando el riesgo de astigmatismo.
También se han registrado aumentos de miopía en menores de edad debido a la estimulación excesiva del crecimiento del ojo. Durante el Congreso de Oftalmopediatría realizado en México, se destacó que el defecto refractivo más común tras la pandemia ha sido el astigmatismo, seguido de la miopía e hipermetropía.
Prevención y cuidados visuales en los niños
Para proteger la salud visual infantil, la doctora Montoya brindó las siguientes recomendaciones:
- Evitar el uso de pantallas antes de los 6 años.
- Supervisar y limitar el tiempo frente a dispositivos electrónicos según la edad.
- Realizar chequeos visuales periódicos desde los seis meses de vida.
- Fomentar actividades al aire libre, ya que la exposición a la luz natural (rayos UV) ayuda a contrarrestar los efectos negativos de la luz azul.
- Mantener una dieta rica en Omega 3 y antioxidantes, como pescado de piel oscura, espinaca, arándanos y brócoli, que contribuyen a la salud ocular.
- Asegurar buena iluminación en los espacios donde los niños usan dispositivos, preferiblemente cerca de una ventana o fuente de luz natural.
Finalmente, la doctora Montoya advirtió sobre el riesgo del ojo perezoso o ambliopía, una condición en la que uno de los ojos no desarrolla adecuadamente la visión, generalmente por falta de corrección a tiempo de errores refractivos. Este problema puede pasar desapercibido, ya que el niño no suele identificar que su visión es deficiente.