Tras la reciente fuga del interno conocido como “Loco Krisman”, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) intensificó las acciones de control en el penal de Piura. Durante una requisa realizada en la madrugada, se reveló que más de 200 internos de alta peligrosidad permanecen recluidos en este establecimiento, lo que ha encendido las alertas sobre la seguridad del recinto.
Déficit de personal y reos de alta peligrosidad
El jefe del INPE, Iván Paredes, encabezó la intervención y reconoció que el penal atraviesa una situación crítica por falta de personal. Actualmente, un solo agente penitenciario es responsable de vigilar hasta 500 internos, pese a que los estándares internacionales recomiendan un máximo de 30 por custodio.
Paredes precisó que la mitad de los internos considerados peligrosos cumplen condenas por sicariato y la otra mitad por extorsión. Indicó además que estos reclusos no deberían permanecer bajo el régimen ordinario, sino en un régimen especial con mayores medidas de control y aislamiento.
“Por disposición del señor presidente se está implementando un pabellón en el penal de máxima seguridad del Ancón I. Asimismo, en Challapalca también cien internos más, en Cochamarca, de Cerro de Pasco, cien internos. En estos días ya debe estar habilitado para que estos internos (de Piura) vayan a Ancón”, señaló el funcionario.
Penal de Piura registra 300% de sobrepoblación
El jefe del INPE advirtió además que el penal de Piura, con capacidad para 1,500 personas, alberga actualmente a más de 4,500 internos, lo que representa una sobrepoblación del 300%.
Esta situación también se replica en otros establecimientos penitenciarios del país. En el penal de Huaral, por ejemplo, se encuentran más de 4,200 internos, a pesar de que fue diseñado para solo 823.
“Hay una sobrepoblación tremenda y no tenemos personal. Definitivamente necesitamos con urgencia más agentes penitenciarios”, enfatizó Paredes.