17 personas fallecidas, 39 heridas, 4 desaparecidas, 91.835 damnificados, 5.724 viviendas destruidas, 711 colegios en mal estado, 195 centros de salud dañados; pistas y caminos colapsados son algunas de las consecuencias que dejó el Fenómeno de El Niño Costero en el 2017.
También puedes leer:
|ARCC: se pondrá fin a inundaciones por desbordes del río Piura
|Zonas afectadas por el desborde aún esperan ayuda
Según un informe elaborado por el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), la emergencia, de hecho, encontró su punto más crítico en el desborde del río Piura. Más de dos años han pasado desde el 27 de marzo, y aún nos preguntamos: ¿por qué se desbordó el río?
En su momento, especialistas señalaron lo obvio: el río había superado su capacidad. De 2.800 metros cúbicos por segundo el caudal llegó hasta un máximo de 3.468, según confirmó el COEN.
Sin embargo, lo ocurrido el 2017 reflejó la falta de proyectos de prevención y el mal manejo del mal manejo de la infraestructura natural (IN) en las cuencas de los ríos de Piura. Dos años después del desastre, nos enfrentamos a la posibilidad de repetir la misma historia.
¿Se pudo prevenir?
Por su ubicación geográfica, Piura es vulnerable a los riesgos y desastres por eventos climáticos extremos, y debido a esa situación necesita proyectos de infraestructura natural. Cristina Portocarrero, especialista del Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (CONDESAN), describe a la infraestructura natural como los espacios naturales que conservan los ecosistemas y proveen servicios ecosistémicos, como beneficios económicos, sociales y ambientales a la población.
Con su buen funcionamiento se logra el mantenimiento de la biodiversidad, la regulación hídrica en cuencas e incluso la reducción de inundaciones. Portocarrero subraya que la infraestructura natural se basa en tres grupos de acción: conservación, recuperación y el uso sostenible de los ecosistemas. Estos trabajos en conjunto son la posible solución para reducir el riesgo ante los desastres en el país.
Pero los proyectos de infraestructura natural deben realizarse en las cabeceras de las cuencas, en el caso de Piura, de donde nace el agua que todos consumimos, en la parte alta de la región.
Infraestructura verde
Es común en los gobiernos la ejecución de obras de infraestructura gris para afrontar las problemáticas por el agua; sin embargo, muchos estudios han llegado a la conclusión de que la infraestructura natural es la forma más eficiente para hacerle frente a estos problemas.
Tras la emergencia, el gobierno central creó la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) para “reconstruir” 13 regiones. Hasta la fecha, las obras de reconstrucción se han enfocado en la recuperación de infraestructura gris: colegios, hospitales, carreteras, puentes, obras de saneamiento y agro.
Piura registra un avance del 57% desde que esta fue anunciada en el 2017 y se han recibido transferencias por un monto total de S/3.249 millones 720 mil. Sin embargo, solo se ha ejecutado S/1.845 millones 852 mil 382 y ningún proyecto de Infraestrutura natural o infraestructura verde.
El gerente de la ARCC en Piura, José Martín Mejías Coronado, asegura que las obras de infraestructura natural se encuentran en el “Plan Integral del río Piura”. El “Plan Integral para el Control de Inundaciones y Movimientos de Masas del río Piura” es una de las soluciones integrales planteadas por la ARCC para la protección de las personas y los cultivos ante un fenómeno climatológico. Este tipo de trabajos se han planteado en 19 ríos del país
Para la ejecución de estos planes integrales, la ARCC destinó 5 mil millones de soles. Los planes divididos en tres componentes se han repartido de esta manera: 65% para el primer componente con infraestructura física que corresponde a las defensas ribereñas y diques transversales. El segundo componente (30%) está enfocado en la construcción de reservorios y presas.
Y recién el tercer componente comprende los proyectos de infraestructura natural con apenas el 5% del presupuesto. Estamos hablando de 250 millones de soles, para proyectos sostenibles que generen un impacto positivo en los ríos a nivel nacional. El Consorcio Inundaciones, que resultó ganador en la licitación, anunció que en agosto del 2020 estarían listos los expedientes técnicos.
Infraestructura Natural en Piura
Desde el Gobierno Regional (GORE) de Piura han propuesto tres proyectos de infraestructura natural para el plan integral. El GORE ha solicitado al Consorcio Inundaciones que estos proyectos sean incluidos en el plan integral del río Piura.
Dos de ellos ya tienen expediente técnico finalizado y uno se encuentra en proceso. Todos han recibido ayuda internacional para su elaboración. Las zonas de acción se enfocan en las provincias de Huancabamba y Ayabaca, la parte alta de la cuenca, donde urge la intervención de las autoridades.
Con el primer proyecto se tiene como objetivo recuperar los servicios ecosistémicos del río Pusmalca en Canchaque, uno de los afluentes más importantes del río Piura. El segundo busca recuperar el ecosistema en las cuencas Pata y Uchupata, en San Miguel del Faique y el tercero apunta a los mismos resultados con el Servicio de Regulación Hídrica en ocho áreas de conservación de las cuencas Quiroz y Macará en Ayabaca.
“Finalmente las autoridades se han dado cuenta que si no tratan toda la cuenca de manera integral y solo cogen un tramo para hacer una descolmatación no servirá de nada”, sostiene Portocarrero. “Viene una lluvia fuerte, como las que están anunciando, y toda esa masa de tierra que han retirado del cauce vuelve a su lugar”, explicó.
Mucho por recorrer
“Consideramos que no va ser suficiente la actual cantidad de proyectos de infraestructura natural”, admite Manuel Querevalú, Gerente Regional de Recursos Naturales.
No es un secreto la demora en la ejecución de la reconstrucción. El GORE, que es una de las unidades ejecutoras, presenta un avance del 12% del monto asignado.
Si recordamos que la meta del gobierno es que en las regiones afectadas se haya reconstruido las estructuras dañadas y que cuenten con planes integrales de prevención al 2021, falta mucho. Y si hablamos de infraestructura natural, estamos empezando.
Para Abel Calle, gerente del Fondo de agua Quiroz Chira, los proyectos de infraestructura natural se ven limitados principalmente por la falta de experiencia en la ejecución de proyectos de este tipo.
“Otros de los factores es la inversión”, agrega Calle. “En un proyecto de infraestructura natural o de reforestación estamos viendo resultados en 10 u 11 años. En cambio, el cemento se ve en instantes. Una obra de infraestructura gris puede ser terminada en 4 meses, y así las autoridades pueden demostrar que están trabajando”.
“El tema es trabajar integralmente la cuenca desde la parte alta y parte media”, apunta. “No niego que la construcción de drenes y canales sean importantes, pero no hay que descuidar la parte alta y media de la cuenca, que también necesitan de la reconstrucción”.
Actuamos por la emergencia
Un ejemplo claro de proyectos de infraestructura gris que han demostrado ser poco eficientes son las defensas ribereñas.
En un balance realizado por Forest Trends se comprobó que las defensas ribereñas tienen un impacto negativo alto para la regulación hidrológica y para el control de la erosión, pero obtuvieron buenos resultados para la filtración de contaminantes.
Actualmente se viene ejecutando la obra de “Mejoramiento del servicio de protección contra inundaciones de las ciudades Piura y Castilla margen izquierda y derecha del río Piura tramo I”, desde la represa Los Ejidos hasta el Puente Cáceres, con una inversión de S/. 136,692,476.
Esta obra fue planteada como una “solución temporal” por presentar una solución inmediata, pero luego pasó a ser una obra de carácter definitivo “a corto o mediano plazo”. Para Portocarrero las obras deben mirar a la cuenca en su conjunto, con medidas en la parte alta y media.
La solución
Las obras de infraestructura natural en lugares tan vulnerables a los desastres como Piura son la solución para los problemas con el agua, previene los desbordes, regula los caudales y, lo más importante, mantiene en buen estado al ecosistema que provee de agua a toda la región: los bosques altoandinos.
Querevalú argumenta que más proyectos de infraestructura natural pueden ser complementados en el plan de la reconstrucción a nivel de otras unidades ejecutoras.
“La implementación y ejecución de proyectos de infraestructura natural debe ser objetivo de la reconstrucción, y depende de los gobiernos regionales, locales y las autoridades sacar adelante este plan integral para el control de inundaciones y movimiento en masas”, añade Portocarrero.
Un proyecto en infraestructura natural bien diseñado y gestionado puede mejorar no solo la calidad del agua para las personas, sino que ayuda a controlar el impacto de eventos naturales extremos.
Necesitamos la infraestructura natural no solo para combatir el cambio climático. En la región necesitamos mitigar las consecuencias de nuestro visitante de verano, el fenómeno de El Niño. Aún estamos a tiempo.
Trabajo colaborativo elaborado por:
Anabelen Rivera (diario El Tiempo)
Rossely Manrique Puescas (Walac Noticias)
Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica, en alianza con la Fundación Gustavo Mohme Llona
No te pierdas en Instagram: