La incontinencia urinaria de esfuerzo es una condición frecuente en mujeres adultas, especialmente aquellas que han tenido partos vaginales. Se caracteriza por la pérdida involuntaria de orina al realizar actividades como toser, estornudar, reír o hacer ejercicio.
Durante una edición del programa “Médico en Casa”, el doctor Daniel Rodrigo Valera Ruñategui, ginecólogo y obstetra, explicó las causas, grados, diagnóstico y opciones de tratamiento para esta afección que puede impactar seriamente la calidad de vida.
Causas y factores de riesgo de la incontinencia urinaria en mujeres
La incontinencia urinaria de esfuerzo se produce por un debilitamiento del piso pélvico, una estructura compuesta por músculos y tejidos que sostiene la vejiga y la uretra. Este daño reduce la capacidad de la uretra para mantenerse cerrada durante un esfuerzo físico.
El especialista detalló que las principales causas incluyen:
- Partos vaginales, especialmente si el bebé pesa más de cuatro kilos.
- Embarazos múltiples, incluso sin parto vaginal.
- Estreñimiento crónico, que obliga a realizar esfuerzos frecuentes.
- Tos crónica (por rinitis, asma u otras afecciones respiratorias).
- Sobrepeso u obesidad.
- Envejecimiento y pérdida de colágeno, especialmente tras la menopausia.
Estas condiciones pueden generar un deterioro progresivo del soporte anatómico de la uretra, favoreciendo la aparición de fugas de orina durante movimientos o acciones cotidianas.
Síntomas
El síntoma principal es la fuga de orina durante actividades que aumentan la presión intraabdominal, como reír, cargar peso o hacer ejercicio. La intensidad puede variar desde escapes esporádicos hasta pérdidas significativas que afectan la vida diaria.
Diagnóstico
Para diagnosticar esta condición, se realiza un interrogatorio clínico y un examen ginecológico. Durante la evaluación, se solicita a la paciente toser o pujar para observar el descenso del ángulo uretrovesical, lo que confirma el diagnóstico de incontinencia urinaria de esfuerzo genuina.
Tratamiento
El tratamiento depende del grado de severidad:
1. Casos leves a moderados:
- Ejercicios de Kegel para fortalecer el piso pélvico.
- Uso de tecnologías como láser vaginal (láser erbium o CO₂) o HIFU vaginal (ultrasonido focalizado de alta intensidad).
- Rehabilitación pélvica con dispositivos electromagnéticos que inducen contracciones musculares.
2. Casos severos:
- Cirugía mínimamente invasiva mediante colocación de una malla suburetral para dar soporte a la uretra. Esta intervención, según el doctor Valera, tiene alta tasa de éxito y permite una recuperación rápida: “A la semana, la paciente puede estar al 80 o 90 % de sus actividades”.
También se recomienda evitar hábitos que puedan agravar la afección, como retener la orina por largos periodos o el sedentarismo. La micción frecuente ayuda a mantener la vejiga en niveles de llenado bajos, reduciendo los episodios de fuga.
Mitos, prevención y otros aspectos relacionados
Contrario a lo que algunas pacientes creen, no existen pruebas científicas que demuestren la efectividad de vitaminas, infusiones o remedios naturales para corregir esta condición. “La incontinencia urinaria de esfuerzo se debe a un daño físico y anatómico que no puede ser resuelto por suplementos”, explicó el especialista.
Respecto a la prevención, el doctor Valera recomendó:
- Controlar el peso corporal.
- Prevenir y tratar el estreñimiento crónico.
- Mantener un buen control de enfermedades respiratorias.
- Asegurar una atención profesional durante el parto.
- Iniciar ejercicios de rehabilitación pélvica a partir del segundo o tercer mes postparto.
También aclaró que la incontinencia urinaria de esfuerzo es diferente del prolapso genital, aunque pueden coexistir. Por esta razón, es esencial un diagnóstico preciso antes de iniciar cualquier tratamiento.