Un reciente estudio científico advierte que, de mantenerse las actuales condiciones sanitarias, más de 91 mil peruanos fallecerían por accidente cerebrovascular (ACV) en el año 2035. La investigación analizó datos de 18 países de América Latina y el Caribe, revelando que, a diferencia de otras naciones que han logrado reducir la mortalidad por esta causa, Perú no ha mostrado avances significativos en los últimos 24 años.
El accidente cerebrovascular: una amenaza creciente en Perú
El ACV es actualmente la segunda causa de muerte en el Perú y la principal causa de discapacidad permanente en adultos, según el Ministerio de Salud. Esta afección puede provocar daños cerebrales severos, dejando secuelas físicas y cognitivas importantes o, en muchos casos, causando la muerte.

Una publicación en el Journal of Stroke and Cerebrovascular Diseases estima que las muertes por ACV pasarán de 33,065 en 2020 a 91,412 en 2035, lo que representa un incremento cercano al 200 %. En ese período, se proyecta que los decesos entre hombres suban de 16,522 a 44,004 y entre mujeres de 16,543 a 47,408.
“El Perú es uno de los países con mayores proyecciones de aumento en mortalidad por ACV”, señala Smith Torres Román, médico e investigador asociado de la Universidad Científica del Sur.
El estudio advierte que, aunque las cifras de mortalidad se han mantenido estables, el crecimiento poblacional y el aumento de enfermedades crónicas se traducen en un mayor número absoluto de muertes.
Factores de riesgo y desafíos en el sistema de salud
Entre los principales factores de riesgo para el ACV figuran la hipertensión arterial, diabetes mal controlada, sedentarismo, obesidad y tabaquismo. El especialista advierte que muchas de estas condiciones son asintomáticas hasta que se presenta una complicación grave.

Por otro lado, el estudio revela profundas desigualdades en el acceso a servicios de salud. En varias regiones del país, los establecimientos no cuentan con personal especializado ni con los equipos necesarios para atender adecuadamente un ACV. Procedimientos como la terapia de reperfusión, fundamental en la atención de esta emergencia, están disponibles principalmente en grandes ciudades.
Además, se identificó que solo entre el 10 y 15 % de pacientes llega a un hospital dentro del tiempo recomendado para recibir tratamiento. Esta demora influye directamente en el pronóstico y en la posibilidad de evitar secuelas permanentes.
Situación en la región y medidas propuestas
A nivel regional, países como Chile y Puerto Rico han conseguido reducir la mortalidad por ACV mediante estrategias de prevención primaria, control de enfermedades crónicas y campañas de educación sanitaria.
En contraste, Perú, Venezuela y Cuba presentan proyecciones de aumento en fallecimientos atribuibles a esta causa. En el caso peruano, las brechas en infraestructura, cobertura y continuidad en tratamientos han sido señaladas como factores críticos.
Ante este panorama, los autores del estudio proponen cuatro medidas prioritarias:
- Fortalecer el primer nivel de atención para detección temprana y seguimiento de enfermedades crónicas.
- Garantizar el acceso continuo a medicamentos esenciales en todo el país.
- Implementar campañas permanentes de educación en salud, con énfasis en la prevención del ACV.
- Establecer redes regionales de atención especializada ante casos de accidente cerebrovascular.
“Más del 80 % de los ACV pueden prevenirse”, remarca el investigador Torres Román, quien añade que el acompañamiento médico, la información clara y una atención empática son fundamentales para mejorar los resultados en salud.
Finalmente, el estudio enfatiza que estas proyecciones no deben asumirse como inevitables, sino como una advertencia para impulsar acciones concretas. “Nuestro modelo proyecta lo que sucederá si todo sigue igual. Pero si desde hoy se toman decisiones claves en el sistema de salud, esa historia puede cambiar. Aún estamos a tiempo”, concluye el investigador.
En la investigación también participaron especialistas de diversas instituciones académicas del país, incluyendo la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Universidad Privada San Juan Bautista, la Universidad César Vallejo y el Hospital San José de Chincha, entre otras.