En Piura, el 61% (exactamente el 60.6%) de pescados es comercializado bajo otro nombre y sustituido de manera fraudulenta. Esto significa que, aproximadamente, 6 de cada 10 pescados son vendidos con otro nombre.

Así lo reveló el nuevo informe realizado por las organizaciones de conservación marina Oceana Perú y ProDelphinus.

El estudio analizó 259 muestras en de restaurantes (119), supermercados (25) y mercados piuranos (115), a las cuales se les sometió a un análisis de ADN. Ello, con el fin de identificar si correspondían a la denominación con la que fueron comercializados.

Los resultados son alarmantes para Piura: en los restaurantes, el 66.4% comercializa pescados bajo otra denominación. Un caso similar sucede en los mercados, donde se identificó la sustitución del 65.2% de muestras analizadas.

En menor medida sucede en los supermercados, donde el reemplazo de especies alcanza un 12%.

Las especies más vendidas bajo otra denominación son el perico, la lisa y el falso volador. Por ejemplo, se identificó que, al pedir un ceviche de mero, es sustituido por perico. A su vez, la cabrilla suele ser reemplazada por lisa; y la cojinova por el falso volador.

“Este engaño, definitivamente, afecta la economía del consumidor y el derecho de comer lo que se está eligiendo. Más si tomamos en cuenta que nos encontramos en medio una pandemia mundial. Por ejemplo, se paga unos 100 soles por un kilo de mero cuando en realidad te están dando basa, que cuesta aproximadamente 13 soles el kilo. Es decir, pagas 87 soles demás”, explica Joanna Alfaro, directora de ProDelphinus.

Especies parecidas

Esto se debe al parecido físico que tienen las especies, lo cual puede llevar a un error o a un fraude deliberado, considerando que, en la mayoría de los casos, el consumidor no está preparado para reconocer qué especie de pescado está comprando o comiendo.

Este reconocimiento es mucho más difícil cuando el pescado está preparado. Por eso vemos que el mayor fraude ocurre justamente en los restaurantes (66.4%).

¿Qué podemos hacer?

La cadena de comercialización de pescados en el Perú involucra a una diversidad de actores, desde la captura en el mar hasta llegar al consumidor final.

La identificación de especies se hace de forma declarativa. Ello, en base al conocimiento de pescadores, comercializadores y los nombres de las especies cambian según el lugar dónde se desembarcan.

Para Juan Carlos Riveros, director científico de Oceana Perú, es necesario establecer un sistema de trazabilidad que permita rastrear los recursos en cada punto de la cadena de comercialización.

Además, que exija a los intermediarios reportar información sobre qué, cómo, cuándo y dónde se pesca, se procesa y venden los recursos marinos.

“Este sistema debería incluir información de la especie en formato electrónico, en todo el proceso del pescado del mar a la mesa. Asimismo, generar un número de documento único de pesca, nombre científico de la especie, método, peso, lugar y fecha de captura”, agrega Juan Carlos Riveros.

Otras propuestas que se plantean desde Oceana Perú y ProDelphinus son: la promoción de un mayor conocimiento de las especies existentes en el mar peruano.

Para ello, es necesario desarrollar campañas de intervención basadas en la toma de muestras por parte de ciudadanos, la llamada ciencia ciudadana. Asimismo, diseñar guías o aplicaciones para teléfonos inteligentes dirigidas al ciudadano con el fin de facilitar el reconocimiento y la diferenciación de las especies.

Acerca de:

Oceana es la mayor organización internacional dedicada exclusivamente a la conservación de los océanos. Oceana está recuperando los océanos mediante políticas basadas en la ciencia en países que controlan un tercio de la pesca mundial de recursos marinos.

ProDelphinus es una organización peruana sin fines de lucro comprometida con la conservación de fauna. Fundada en 1995, dirige proyectos de investigación y conservación de especies marinas amenazadas y en el peligro de extinción.