El trabajo de inteligencia y coordinación de la Policía Nacional del Perú y el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) frustró el transporte y la comercialización ilegal de 400 sapos comunes, en la provincia de Morropón.
En el distrito de La Matanza, el personal policial sectorial y del SERFOR en Piura, intervinieron un ómnibus de la empresa de transportes “Turismo Dos Mil”, que se dirigía a la ciudad de Lima.
En el interior, al costado del chofer, en una estrecha gaveta, se encontraron camuflados dos sacos de polietileno conteniendo los 400 sapos vivos.
Los anfibios proceden de la captura ilegal e indiscriminada de las quebradas y lagunas de los alrededores del sector Malingas, en Morropón.
Los sacos con los sapos apiñados fueron embarcados en una agencia de la empresa en la Villa Vicús del distrito de Chulucanas. En ese sentido, durante la intervención, los ocupantes del bus (conductor, copiloto y ayudante) no mostraron los documentos que acreditan el origen legal de los especímenes de fauna silvestre. Por ello, fueron detenidos por la Policía.
El Serfor rescató a los sapos para su evaluación y atención especializada, así como inició el procedimiento administrativo sancionador a los involucrados e inmovilizó el vehículo. Esto, de acuerdo a las funciones administrativas que le confiere la Ley N° 29763, Ley Forestal y de Fauna Silvestre.
Asimismo, luego de determinar el buen estado sanitario de los 400 anfibios, se procedió a regresarlos a su hábitat natural, una de las quebradas del sector Callejones de Chulucanas.
Tráfico ilegal y peligro para la salud
Los Rhinella marina o sapos comunes tenían como destino Lima. Allí se usan como insumo en la preparación de “extractos o batidos de rana”. Ello, frente a la falsa e injustificada creencia que sanan enfermedades y actúan como tonificantes o afrodisíacos.
Sobre esta especie de fauna silvestre, el SERFOR advierte que posee grandes glándulas venenosas. Por ello, al ingerirse, son tóxicos y ponen en riesgo la salud humana.
El tráfico ilegal de fauna silvestre afecta la biodiversidad, porque cada uno de ellos cumple una función importante en el ecosistema. Por ejemplo, los sapos y ranas controlan la proliferación de plagas, que de alguna manera perjudican la salud humana.
Por ello, las autoridades instan a no consumir productos preparados ni comprar objetos (artesanías) elaborados con animales silvestres o partes de estos de origen ilegal.
También a denunciar estas actividades ilícitas, que incluye la tenencia de especímenes vivos.