Llegó el mes morado, mes de devoción por los miles de feligreses y devotos del Señor de los Milagros y el Señor Cautivo de Ayabaca, pero también del tradicional dulce característico de estas fechas: «El turrón de doña Pepa». Ese exquisito manjar muy consumido por los peruanos no solo en este mes, sino durante todo el año.
Historia del turrón
De este dulce no se sabe con precisión su origen y no siempre se llamó tal como lo conocemos hoy en día. Muchos historiadores han señalado que en el siglo XIX, el postre era conocido como “turrón de miel” o “turrón del Señor de los Milagros”, y la receta era una adaptación peruanizada del clásico turrón español.
La versión actual de este manjar consiste en tiras horneadas de masa de harina aromatizada con anís, las que se colocan cruzadas, se bañan con miel y adornan con grajeas de colores.
Todos coinciden en que el famoso nombre de “Doña Pepa” viene del nombre de pila de la creadora, Josefa. La historia más conocida es la de la tragedia de una esclava negra de Cañete, doña Josefa Marmanillo, quien en el siglo XVIII, empezó a sufrir de parálisis en los brazos y habría recurrido a la fe que tenía en el Señor de los Milagros para aliviar sus males.
Tanta fue su fe y devoción, que se recuperó de los males que la atormentaban. Y en agradecimiento por el milagro, preparó este colorido dulce y lo ofreció a los feligreses en cada salida que hacia el Señor de los Milagros, haciéndose así conocido el dulce como los Turrones de Doña Pepa.
A continuación te presentamos la receta para preparar el turrón de Doña Pepa en casa:
Ingredientes: (de la miel)
1 3/4 kilo de chancaca.
1 Taza de azúcar.
1 Naranja.
1 Limón.
Una raja grande de canela.
1 1/2 taza de agua.
Ingredientes: (de masa)
9 Yemas de huevo.
6 Tazas de harina especial.
4 Cucharaditas de levadura.
1 1/2 Cucharadita de sal.
1/3 Taza de agua con una cucharada de anís.
1/3 Taza de leche.
350 Gramos de manteca de buena clase.
Papel impermeable
Ingredientes: (adorno)
Un poco de grajeas multicolor.
Pepelmas o pastillas de color.
Confites.
Preparación:
Las yemas se baten un poco y se mezclan con la leche y el agua de anís hecha con 15 minutos de anticipación.
En una mesa de amasar se coloca la harina mezclada con la levadura y la sal y se le adiciona la manteca, y se le va echando a pocos la mezcla de la leche con los demás ingredientes; se amasa poco y se forman canutos de medio centímetro de grueso y se van colocando en latas de hornear engrasadas; se colocan a horno de temperatura templada para que cocinen pero que no tomen color muy dorado.
Luego se van acomodando sobre una hoja de papel impermeable, una capa de canutos del tamaño que se quiera hacer el molde y encima se le hecha una capa de miel espesa y tibia, encima se coloca otra capa de canutos en sentido contrario de la capa anterior y otra capa de miel hasta el alto que quiera hacerse; encima debe quedar una capa delgada de miel como para que se adhieran las grajeas y confites que se quiera poner de adorno.
Queda así listo para ponerlo, cuando enfríe la miel sobre una fuente o dentro de una caja de cartón blanco hecho expresamente.