El Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas instó al Estado peruano a tomar medidas inmediatas para localizar a Anthony Camizán, un joven desaparecido desde 2022 en Piura y miembro de la comunidad LGBTIQ+. El llamado se hace en medio de crecientes preocupaciones sobre la seguridad de las personas LGBTIQ+ en el país.
El caso
Anthony fue visto por última vez en compañía de Rone Córdova, un efectivo policial de la Región Policial Piura. A pesar de las pruebas que incriminan a Córdova, como conversaciones de WhatsApp y grabaciones de cámaras de seguridad, la Fiscalía no lo incluyó en la investigación hasta noviembre de 2023.
El Comité de la ONU subraya la necesidad de realizar las investigaciones con un enfoque diferencial. Este tiene que reconocer la orientación sexual de Anthony como un factor potencialmente influyente en su desaparición. Alex Núñez, presidente de Generación Orgullo, explicó:
«El Comité pide que se considere la orientación sexual de Anthony, reconociendo que esta característica pudo influir en su desaparición. Todas las etapas de búsqueda deben realizarse con un enfoque diferencial sensible a su orientación sexual«.
La familia de Anthony, junto a organizaciones defensoras de los derechos LGBTIQ+, expresaron su frustración por la lentitud de las autoridades en investigar a Córdova y a otros efectivos de la Comisaría de Canchaque. Junior Camizán, hermano de Anthony, destacó la necesidad de que la familia reciba información constante sobre los avances de la investigación. Asimismo que sus aportes sean tomados en cuenta. «Pedimos participar en todas las etapas de la búsqueda y recibir información periódica sobre los avances», afirmó.
Llamado a la justicia
Desde Generación Orgullo, se demanda una respuesta rápida y contundente por parte del Perú. Como se sabe, es parte de la Convención para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas. Alex Núñez concluyó: «Exigimos justicia y medidas que prevengan la desaparición de personas LGBTIQ+ debido a su identidad«.
Este caso resalta la necesidad urgente de un enfoque más efectivo y sensible en la investigación de desapariciones forzadas, especialmente en relación con grupos vulnerables como la comunidad LGBTIQ+.