Pueblo Nuevo de Colán es una comunidad rica en costumbres y tradiciones. Algunas de ellas se han impuesto y popularizado a través del tiempo, como en el caso del carnaval.
El año pasado, el fenómeno de El Niño Costero no solo arrasó con casas y plantíos, también acalló el jolgorio característico de una tradición centenaria, dejó mudos a “El Viejo” y “La Vieja”. Colán tuvo que guardar la alegría y los yunces para después, en ese momento tenían que poner el hombro y levantarse.
Por ello, no es sorpresa que los barrios más populosos digan que ya se encuentran preparados para un 2018 diferente. Las planificaciones ya comenzaron hace un tiempo: el alcalde de este distrito, Francisco Ayala Mendoza, se reunió con los dirigentes de las sociedades del carnaval y en común acuerdo establecieron las fechas y actividades.
LOS VIEJOS HACEN SU LLEGADA
Los carnavales del Viejo y la Vieja traen consigo casi dos semanas de intenso jolgorio, color, brindis y tumba. Cada festividad arma su comparsa y se celebra un día 12. Niños, jóvenes y adultos viven y comparten momentos de alegría y descanso.
PASACALLE CARNAVALESCO
Las previas para el carnaval del “El viejo” se iniciaron el 20 de enero, día de San Sebastián. La festividad avanzó acompañada de música y tambores que imbuían de alegría y entusiasmo a los participantes.
En Pueblo Nuevo, se realizó un pasacalle que daba inicio a los carnavales. Arrancó en la plaza Unión a las 4 de la tarde y enrumbó hacia el Jr. San Martín terminando en la plaza Almirante Miguel Grau donde se eligió a la Reina del Carnaval 2018 cuya regencia se extenderá hasta el finalizar de “La Vieja”, en marzo.
Un aproximado de 30 sociedades carnavalescas, desfilaron con sus mejores atuendos presididos cada una por una dama que aspiraba al cetro este año.
Luego del 20 todo regresó a la tranquilidad hasta la próxima parada del yunce que se dará con la llegada del “El Viejo”.
EL VIEJO: RITUAL DE LA PARADA
Este año, algunos yunces de "El Viejo" han decidido parar el árbol el sábado 10 de febrero. La mayoría lo harán el lunes 12 y la tumba será al día siguiente.
La fiesta iniciará con un grupo de comisionados, acompañados por una banda de músicos y algunas muchachas, que llevarán ondeando las banderas. Ellos enrumban hacia las chacras en busca del árbol seleccionado. Al llegar a su destino, se inicia el corte con un hacha y se sube a un camión para trasladarlo al lugar indicado y pararlo. Esto ocurre al mediodía. De inmediato es “vestido” con regalos que pueden ser artículos de plástico, ropa o frutas. La comitiva encargada de movilizar el árbol es premiada con sendas jarras de chicha de jora y almuerzo. Terminada esta tarea empieza el baile popular alrededor del árbol.
Muchos participantes se pintan las caras con talco y se lanzan agua para refrescarse. Entrada la tarde, los socios de cada grupo se unen para hacer un recorrido de visita a todas las sociedades. Algunos lo hacen tras una banda de músicos, otros gritando a voz en cuello mientras portan banderas y disfraces de toda tipo. Durante este recorrido se produce una especie de competencia por ser los más alegres, los más coloridos, los más ruidosos.
LA TUMBA Y LOS CAPITANES
La tumba de los yunces se realiza usualmente los días martes por la noche, luego que dos días consecutivos de que los árboles lucieran sus “frutos”. Ese es el destino de estos cerezos o guabos que en la plenitud de su vida sirven para la diversión en el carnaval.
Llegadas las 10 de la noche se inicia el ritual. Los integrantes de la Sociedad hacen una ronda teniendo como centro al árbol y girando lentamente al compás de la música del carnaval. Hachazo por hachazo se debilita hasta que cae y es “limpiado” por los presentes que buscan el mejor “regalo”.
“Yunce yuncesito/ quien te tubará/ el que te tumbara/ él te parará”, dice un estribillo muy popular que se entona mientras los hachazos vuelan con fuerza y rompen la corteza.
Efectivamente, quien tumba el árbol es designado capitán o mayordomo para el año venidero y tiene el deber de pararlo y organizar una mejor fiesta que el año anterior. Una vez en el suelo el árbol es trasladado al frontis de la vivienda de quien lo derribó.
En algunos casos habrá personas o familias que voluntariamente deseen tumbar el yunce. Se toma un acuerdo con los actuales dirigentes y si la propuesta es aceptada se les asigna el hachazo final y son proclamados los capitanes del año siguiente. Otras veces los socios acuerdan asignar la tumba a alguien con solvencia económica y social para que la celebración del año venidero sea una fiesta bastante “sonada”.
LA VIEJA
“La vieja trajona nos ayuda a vivir unidos y alegres” asegura un vecino de la Sarana, calle de vitalidad desbordante.
Esta es una tradición que se remonta a varias décadas atrás. El personaje principal de la festividad es una anciana del pueblo a la que se le tiene mucho respeto. Se le atribuye a la noble señora todo tipo de milagros: desde la sanación de un enfermo hasta las buenas cosechas en los cultivos.
“La Vieja” siempre se celebra en marzo. En este año los yunces serán parados desde el sábado 10 y la tumba no pasará del martes 13.
Una costumbre positiva que se ha comenzado a adoptar es el permitir nacer y desarrollar en cada parcela un árbol de cerezo. Se trata de aquellos que nadie siembra pero que aparecen en las chacras debido al efecto de la migración de las aves. Este árbol, así como el guabo, son cuidados minuciosamente porque su destino ya ha sido trazado: en dos años o más serán frondosos yunces con “frutos” arrebatados por entusiastas bailarines.
BAILES POPULARES
La Municipalidad Distrital mediante ordenanza ha dispuesto desde hace varios años que solamente se pueden realizar dos bailes populares con orquesta. Todos se preparan para un amplio despliegue de música, baile y bebida.
A iniciado la fiesta en nuestra región. Colán, Bernal, Catacaos y otras zonas de Piura alistan tambores, pintura, talco y mucha algarabía para los días que se vienen. Todos están cordialmente invitados.
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