El trabajo nocturno continúo y a largo plazo ha sido sugerido como un factor de riesgo para el cáncer de mama, según diversas investigaciones a nivel mundial efectuadas en los últimos años, manifestó el Centro Detector del Cáncer (CDC).
Mauricio León Rivera, director médico de dicha institución, citó un informe elaborado en el 2007 por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) en el que concluye que “el trabajo por turnos que implica la interrupción del sueño es probablemente un factor que favorece a la aparición de cáncer en los seres humanos.
Agregó que, según estos estudios, de todas las profesiones que ejercen las mujeres, al parecer la enfermería es la más vulnerable a los efectos carcinógenos del trabajo en turnos nocturnos con regularidad.
“Sabemos que el trabajar por la noche provoca desorganización del ritmo circadiano, y supresión de la secreción nocturna de la melatonina, que a largo plazo funcionaría como carcinógeno, lo que aumentará la aparición de tumores malignos”, señaló.
Agregó que, a corto plazo, esto origina lo que suele denominarse “desface horario” cuya sintomatología consiste en trastornos del sueño, problemas digestivos, fatiga y hasta, fluctuaciones emocionales.
La evidencia del posible impacto del turno de trabajo nocturno parece más relacionado al cáncer de mama, aunque aumentaría también el riesgo de cáncer de próstata, colorrectal y de leucemia linfática crónica, aunque los estudios en humanos son aún escasos para llegar a algo concluyente.
En ese sentido, León mencionó que el cáncer de mama es el más diagnosticado entre mujeres de todo el mundo y estos resultados podrían ayudar a establecer e implementar medidas eficaces para proteger a las mujeres que laboran en turnos nocturnos, debiendo someterse a exámenes preventivos con regularidad.
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