Las micro y pequeñas empresas (MYPEs) enfrentan un panorama complejo en el Perú. Durante su participación en el programa Impulso Norte, Daniel Hermoza, representante del sector empresarial, ofreció un análisis detallado de los principales problemas que enfrentan las micro y pequeñas empresas en el país. En su intervención, abordó temas como la ineficiencia de programas estatales, la inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas que afectan al crecimiento y sostenibilidad de este sector económico.
Falta de políticas claras para el desarrollo de las MYPEs
Daniel Hermoza señaló que la decepción entre los pequeños empresarios persiste debido al incumplimiento de promesas y compromisos asumidos por el gobierno. Programas como Compras Mi Perú, diseñados para facilitar que las MYPEs vendan productos al Estado, no han tenido el impacto esperado. Según Hermoza:
“Sí ha habido una inversión de casi 500 millones de soles. El problema es que no han sido gastados o invertidos en el momento que se necesitaba y se ha prolongado 2 años y medio para culminar esto.”
Además, indicó que los requisitos del programa dificultan la participación de las microempresas, quienes deben mantener planillas activas sin recibir los materiales necesarios a tiempo para la producción.
Respecto a la normativa vigente, Hermoza criticó que la Ley de Promoción y Formalización de las MYPEs (Ley 28015), promulgada en 2003, permaneció sin cambios durante más de dos décadas. Aunque ha sido actualizada recientemente, sostuvo que “repite mucho de lo de la ley de hace 23 años”, aunque también incorpora avances como la inclusión de representantes MYPEs en oficinas comerciales del exterior.
Impacto de la inseguridad y otras barreras estructurales
La inseguridad ciudadana ha generado efectos económicos significativos sobre las MYPEs. De acuerdo al Centro de Estudios de MYPEs Unidas, más del 67% de estas empresas reporta una afectación alta o muy alta. Hermoza advirtió que:
“Más del 10%, casi 12% de una venta mensual se está dedicando a la seguridad ciudadana. Rejas, cámaras, personal de vigilancia. Para una bodega, es muy alto.”
Este costo adicional afecta especialmente a negocios puerta a calle como bodegas y boticas, que han sido blanco constante de extorsión y asaltos. Hermoza también destacó que los delincuentes están organizados y cuentan con inteligencia y tecnología superiores a las del propio Estado, lo cual agrava la situación:
“Ellos tienen armas más modernas que la policía, tienen inteligencia. Si nosotros no comenzamos a reconocer que ellos tienen en este momento toda una infraestructura muy bien aceitada […] nos están ganando en fortaleza.”
A esto se suman trabas burocráticas desde las municipalidades, normas anacrónicas como la ley seca —que afecta directamente a las ventas de bodegas— y propuestas legislativas que podrían restringir la venta de productos como gaseosas y galletas a menores de 18 años, una medida que, según Hermoza, desplaza la responsabilidad estatal hacia el sector privado.
Frente a este contexto, hizo un llamado a la planificación y capacitación como herramientas clave para emprender con éxito. Señaló que el 90% de las empresas nuevas en el país no superan los dos años de funcionamiento, en gran parte por falta de preparación, crédito limitado y saturación del mercado.
“Hay que saber planificar bastante bien qué negocio vas a emprender. No todo es dinero. Lo que tú tienes que tener claro es cuánto vas a invertir, cuánto necesitas de colchón para poder aguantar los primeros 6 meses.”