La noche del viernes 5 abril, un grupo de policías ecuatorianos irrumpió en la Embajada de México en Quito para detener a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa y acusado de peculado por la justicia de su país.
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El episodio marcó un hito en la diplomacia latinoamericana reciente. Cuando agentes ecuatorianos ingresaron por la fuerza a la embajada mexicana en Quito para arrestar a Jorge Glas Espinel, exvicepresidente del país y objeto de un proceso judicial por peculado.
Cabe destacar que, ese mismo día, el Gobierno mexicano había otorgado asilo político a Glas. Después de que en diciembre del año pasado solicitara refugio en la embajada mexicana al ser citado para comparecer por un caso judicial. Desde entonces, había permanecido alojado allí como huésped.
Sin embargo, tras el anuncio mexicano de conceder asilo, la Cancillería ecuatoriana expresó su rechazo a la decisión. Argumentando que no se puede conceder asilo diplomático a personas procesadas por delitos comunes.
Mientras se esperaba la salida de Glas con el correspondiente salvoconducto, la policía y el ejército ecuatorianos ingresaron a la embajada mexicana y lo detuvieron. Reduciendo físicamente al jefe de la Cancillería y Asuntos Políticos de la Embajada, Roberto Canseco.
Roberto Canseco, durante una comparecencia ante la prensa, denunció la violación de las normas diplomáticas y la arbitrariedad de la acción.
¿Quién es Jorge Glas y qué lo llevó a enfrentar esta situación?
Desde su infancia en Guayaquil, Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, mantuvo una relación cercana con Rafael Correa. Contribuyó a las iniciativas políticas de Correa y desempeñó varias responsabilidades gubernamentales, entre ellas la de Coordinador de los Sectores Estratégicos y posteriormente la de vicepresidente.
Glas se convirtió en vicepresidente en 2016 como compañero de fórmula de Lenín Moreno. No obstante, en ese mismo año, se iniciaron las investigaciones sobre el caso Odebrecht, en el que se lo acusa de haber recibido sobornos de una empresa de construcción brasileña.
En 2017, fue condenado a ocho años de prisión por asociación ilícita y cohecho. Posteriormente, se le acusó de malversación de fondos en proyectos de reconstrucción tras el terremoto de 2016.
A pesar de obtener libertad condicional en 2022, se le dictó una nueva condena en enero de 2024. Desde diciembre de 2023, se encontraba en la embajada mexicana, donde se refugió tras la solicitud de asilo político.
Después de su arresto, Glas fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil, cumpliendo así la orden de prisión preventiva emitida por las autoridades.
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El Estado ecuatoriano afirmó que Glas no puede ser considerado un perseguido político, ya que había sido condenado por delitos comunes. Por su parte, México rompió relaciones diplomáticas con Ecuador y anunció que llevará el caso a instancias internacionales para denunciar las violaciones al derecho internacional cometidas por Ecuador.
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Perú condena la «invisibilidad» de Ecuador
El Ministerio de Relaciones Exteriores (RREE) del Gobierno peruano emitió un comunicado después de conocer las acciones de la Policía de Ecuador en la embajada de México en Quito.
Según el comunicado emitido por Cancillería, la administración de la presidenta peruana, Dina Boluarte, se opone a:
«Cualquier violación de las normas establecidas en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, que promueven la buena convivencia entre los Estados».
El Estado peruano sigue fiel a los principios y reglas del derecho internacional y a la resolución pacífica de las controversias internacionales, que son fundamentales para mantener la paz.
La paz entre los Estados depende del respeto riguroso al derecho diplomático y del cumplimiento de los compromisos adquiridos en los tratados internacionales. Según ellos, esto incluye que los Estados concernidos respeten y cumplan correctamente la normativa internacional sobre asilo diplomático.
Finalmente, expresó su pesar por la tensa situación que existe entre ambos países y pidió la resolución de conflictos de manera pacífica. El Perú exhorta a sus Gobiernos a superar el estancamiento y resolver sus discrepancias a través del diálogo, siguiendo los mandatos del derecho internacional y el espíritu de integración latinoamericana.