La Iglesia Católica dará inicio a la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos, una fecha que recuerda la entrada triunfal de Jesús a la ciudad de Jerusalén en medio de una multitud que lo aclamó como el mesías y el hijo de Dios. A continuación te presentamos 7 datos curiosos que todo católico debe saber sobre esta tradición religiosa.
Durante el Domingo de Ramos, los católicos de todo el mundo se reúnen en sus respectivas iglesias para recibir la tradicional bendición de las palmas y participar en la procesión y la misa solemne que relata la pasión de Cristo.
Domingo de Ramos o Domingo de Pasión
Esta celebración, puede tomar el nombre de Domingo de Ramos o Domingo de Pasión, debido a que consta de dos momentos importantes. El primero, es la procesión de las palmas y la bendición de las mismas por parte del sacerdote, mientras que el segundo, es la lectura de la palabra del Señor que evoca la pasión y muerte de Cristo.
Se realiza una procesión antes de la misa
Desde hace muchos años, la entrada del Señor en Jerusalén, se conmemora con una procesión, en la cual, los cristianos celebran el acontecimiento al imitar las aclamaciones y gestos que hicieron los niños hebreos cuando salieron al encuentro del Señor y cantaron el fervoroso “Hossana”.
Se puede portar palmas u otros tipos de plantas en la procesión
La palma que se utiliza durante el Domingo de Ramos solo sobrevive en climas tropicales o subtropicales. Por eso, la Iglesia Católica ha establecido que otros tipos de plantas locales, como el olivo, sauce, abeto o de otros árboles, puedan ser usados durante la procesión.
Las palmas no son amuletos de la buena suerte
Durante el Domingo de Ramos, muchas personas colocan las palmas benditas detrás de sus puertas para atraer la buena suerte, como si de un amuleto se tratara. Sin embargo, estas plantas no tienen ningún poder esotérico. Su importancia radica en que simbolizan la bendición de Dios, su protección y ayuda. Asimismo, representan la renovación de la fe y recuerdan la proclamación de Jesús como el tan esperado mesías.
La multitud que aplaudió la llegada de Jesús no es la misma que exigió su crucifixión
En los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas se deja muy en claro que quienes aplaudieron a Jesús en su entrada a Jerusalén no fueron sus habitantes, sino las multitudes que lo acompañaban e ingresaron a la Ciudad Santa con él.
Incluso, este punto se hace más claro en el relato de San Mateo: “Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se agitó diciendo: ‘¿Quién es este?’. Y las multitudes decían: ‘Este es el profeta Jesús de Nazaret de Galilea’” (Mt 21, 10-11). En ese sentido, las personas habían oído hablar del mesías, pero no parecía tener ninguna importancia para Jerusalén y la gente allí no lo conocía.
“Hossana” es un grito de júbilo
“Hossana” representa un grito de jubilo y aceptación, ya que la Biblia indica que, cuando Jesús realizó su entrada triunfal a Jerusalén, la multitud extendió sus mantos por el camino y la gente gritaba: “¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!”.
De allí que, en la celebraciones de la Iglesia católica como el Domingo de Ramos, se canten himnos como “Hosanna al hijo de David”.
Las palmas se guardan para el Miércoles de Cenizas
La tradición cristiana establece que al finalizar la Semana Santa, las palmas bendecidas son quemadas en la iglesia y las cenizas son guardadas con mucho cuidado para ser utilizadas en el Miércoles de Ceniza del siguiente año.