Significado del Viernes Santo | Tras la solemnidad del Jueves Santo, la atención se centra en el Viernes Santo, una jornada de profunda reflexión y conmemoración para millones de fieles alrededor del mundo. Este día, que marca el quinto día de la Semana Santa, está destinado a recordar la crucifixión y la muerte de Jesús de Nazaret.

Tanto en las iglesias católicas, protestantes como ortodoxas, se dedica este día al recuerdo de los sufrimientos de Jesús en su camino hacia la cruz en el Monte Calvario. El Viernes Santo es una parte esencial del Triduo Pascual, junto con el Jueves Santo y el Sábado Santo.

Origen y significado del Viernes Santo

El Viernes Santo tiene sus raíces en la narrativa de la Pasión, comenzando con la condena a muerte de Jesús a manos de Poncio Pilatos, el gobernador romano de Judea. Esta condena se dio después de que Jesús fuera acusado de proclamarse como el “Rey de los Judíos”. Este día conmemora los sufrimientos que Jesús soportó en su camino hacia la crucifixión en el Monte Calvario.

Según los relatos evangélicos, después de la condena, Jesús fue despojado de sus ropas, golpeado y agredido con piedras. Luego, le pusieron una corona de espinas y lo hicieron cargar con su propia cruz hasta el Monte Gólgota, situado en las afueras de Jerusalén.

Fue en este lugar donde Jesús fue crucificado junto a dos ladrones, con un cartel sobre su cabeza que decía “Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos”, dando origen a la inscripción INRI. Durante su crucifixión, Jesús pronunció las Siete Palabras, siete frases que han servido como base para la reflexión de los fieles en esta jornada.

Liturgia de la Pasión del Señor

En la liturgia católica, el Viernes Santo se distingue por la ausencia de la celebración eucarística. En su lugar, se lleva a cabo la Liturgia de la Pasión del Señor, que tiene lugar en la tarde del viernes, coincidiendo con el momento tradicionalmente asociado con la muerte de Jesús en la cruz. Los eventos de este día se centran en la tortura y muerte de Jesucristo, en lo que se conoce como el Vía Crucis.

Para conmemorar el sufrimiento de Jesús, los cristianos recrean las etapas de su muerte en lo que se conoce como las 14 estaciones del Vía Crucis, desde su condena hasta su sepultura, con una oración dedicada a cada una de ellas.

El color litúrgico del Viernes Santo es el rojo, en honor a la sangre derramada por Jesucristo. Además, como acto de penitencia, se practica el ayuno de carne, aunque puede ser un ayuno completo. Los ortodoxos, sin embargo, no observan esta práctica. También es común cubrir las imágenes de Jesús con tela morada como símbolo de su ausencia.

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