Los trastornos del sueño son una condición frecuente que afecta la calidad de vida de muchas personas, especialmente en adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Durante el programa «Médico en Casa», el doctor Juan Jonel Chirinos Lozada, médico neurólogo, explicó las causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento de estos trastornos que, si no se atienden, pueden desencadenar problemas físicos, mentales y sociales.
¿Qué son los trastornos del sueño y cómo afectan la salud?
Los trastornos del sueño abarcan diversas alteraciones que impiden un descanso adecuado. Según el doctor Chirinos, existen tres características principales para identificar un trastorno del sueño:
- Dificultad para conciliar el sueño (insomnio de inicio).
- Somnolencia excesiva durante el día (hipersomnia).
- Conductas anormales mientras se duerme (parasomnias).
Estos trastornos no solo reducen la calidad del sueño, sino que también afectan el estado de ánimo, el rendimiento en el trabajo, las relaciones personales y pueden causar fatiga constante, cefaleas e irritabilidad.
El insomnio es uno de los trastornos más comunes y puede clasificarse como primario (sin causa aparente) o secundario (relacionado a enfermedades o uso de medicamentos). Existen diversos tipos de insomnio:
- Insomnio agudo: vinculado al estrés o problemas personales.
- Insomnio idiopático: de origen genético, suele aparecer en la infancia o juventud.
- Insomnio por mala higiene del sueño: causado por hábitos inadecuados, como horarios irregulares o consumo de sustancias estimulantes.
- Insomnio por enfermedades crónicas o trastornos mentales.
Diagnóstico, higiene del sueño y tratamientos disponibles
El diagnóstico adecuado es esencial para tratar los trastornos del sueño. Existen herramientas clínicas como cuestionarios y escalas, pero el examen más completo es la polisomnografía, que analiza la actividad cerebral, cardíaca, respiratoria y otras funciones mientras la persona duerme. Este estudio permite detectar alteraciones como el síndrome de apnea del sueño, que puede estar vinculado a enfermedades cardiovasculares y neurológicas.
Además del diagnóstico clínico, es fundamental promover una correcta higiene del sueño, que incluye medidas no farmacológicas como:
- Dormir entre 6 y 8 horas, especialmente en adultos mayores.
- Mantener horarios regulares para acostarse y levantarse.
- Crear un ambiente adecuado: sin ruido, con temperatura confortable y sin luces.
- Evitar siestas prolongadas durante el día.
- No consumir alcohol, café ni tabaco antes de dormir.
- No utilizar la cama para trabajar o ver televisión.
- Cenar al menos dos o tres horas antes de dormir.
- Practicar técnicas de relajación, como lectura o ejercicios de respiración.
En casos específicos, se puede recurrir al tratamiento farmacológico bajo prescripción médica, especialmente con benzodiacepinas, aunque estas no son recomendadas para todos los pacientes (por ejemplo, aquellos con apnea del sueño, depresión o consumo de alcohol).
El doctor Chirinos destacó que cada paciente requiere un enfoque individualizado, ya que el cuerpo reacciona de forma diferente a los tratamientos.
Además, explicó que los trastornos del sueño no tratados pueden desencadenar enfermedades como hipertensión, diabetes, ansiedad, depresión y enfermedades renales crónicas.