Las investigaciones en torno a la muerte de Shirley Herrera Castillo revelaron que no se trató de un suicidio, sino de un homicidio. Según los resultados de la necropsia, la joven madre fue golpeada antes de ser asfixiada. Esto llevó a la Policía y la Fiscalía de Turno a intensificar las diligencias para dar con el responsable del crimen.
Evidencias descartan suicidio
El cuerpo de Herrera Castillo se halló la mañana del 6 de febrero en su departamento, ubicado en la cuadra 2 de la calle Libertad, en Bellavista – Sullana. En un intento por desviar la investigación, su agresor dejó sobre la cama una botella de gaseosa y un sobre de veneno, simulando que la víctima había atentado contra su vida. Sin embargo, los análisis forenses confirmaron que no había rastros de veneno en su organismo.
Por el contrario, el informe médico legal reveló golpes en la cabeza, fracturas en las costillas y signos de asfixia debajo de la garganta. Esto confirma el asesinato.
Sospechas y búsqueda de pruebas
Las autoridades iniciaron la revisión de cámaras de seguridad cercanas al edificio donde la víctima vivía con su pareja, quien no fue hallado en el lugar. Además, el desorden en la habitación y la pantalla del televisor rota sugieren que pudo haber ocurrido una pelea antes del crimen.
La Policía y la Fiscalía han comenzado a interrogar a familiares y allegados de Herrera Castillo para identificar al responsable de su muerte. Mientras tanto, su caso ha conmocionado a la población, dejando en la orfandad a una niña de 7 años.