En la década de los noventa, un programa creado para el público infantil batió récord de audiencia y se convirtió en un boom de la televisión nacional e internacional. Después de casi 20 años, “Nubeluz”, es un ícono que marcó historia en la televisión peruana, manteniéndose en los corazones de sus fieles seguidores. Basados en este éxito televisivo noventero, se estrenó el filme nacional “Sube a mi nube”.
Dentro del género “biopic” o película biográfica, en los últimos años el cine nacional apuesta por este género con producciones como “Guerrero” (2016), “Rosa Mística” (2018), “La pasión de Javier” (2019), “La Foquita: El 10 de la calle” (2020), “Susy, una vedette en el congreso” (2023), “Chabuca” (2024) y “La herencia de Flora” (2024). A esta lista se suma el reciente estreno de “Sube a mi nube”, basada en el programa infantil “Nubeluz” y la historia de sus protagonistas, las dalinas Almendra Gomelsky y Mónica Santa María.
La historia detrás del éxito
El filme se sumerge en la historia detrás del éxito del programa “Sube a mi nube” (“Nubeluz” en la vida real); sin embargo, la majestuosidad, alegría y toda la parafernalia del programa queda en segundo plano, ya que la trama -desde las primeras escenas- nos deja en claro que su prioridad es narrar la historia de las famosas “dalinas” (Conocidas así en el lenguaje “glúfico” de Nubeluz) Almendra Gomelsky y Mónica Santa María, principalmente de ésta última, quien fue víctima de problemas de salud mental, hasta su lamentable deceso.
Visibilizar el tema de la salud mental
La película, a nivel de guion, no refleja grandes pretensiones narrativas, sólo el de visibilizar y crear consciencia sobre el tema de salud mental en el país, objetivo que logra de una manera precisa y sencilla, sin necesidad de crear polémica o morbo en torno al caso Santa María. Aun así, creo que hubiese sido más convincente y aportado mayor profundidad a la historia, explorar más en el origen de la depresión que padecía Mónica Santa María, más allá de sólo mostrar la evidente ausencia de sus padres o un pequeño flash back de su infancia.
Si se expone un tema de salud mental tan delicado como la depresión, es vital explorar no sólo los factores determinantes, en el presente del paciente; sino también, indagar en su pasado, ya que muchas veces su origen se remonta a vivencias traumáticas de la infancia, niñez o adolescencia. Mónica Santa María, asumió muy pequeña (17 años) las exigencias de una repentina y abrumante fama; pero a la vez, luchó contra la depresión en los noventa, década donde predominaban estigmas y prejuicios en torno a la salud mental, a tal punto que no se hablaba del tema por miedo a ser tildado “loco” y seguramente hasta “débil”.
El no contar con la aprobación de la familia Santa María para realizar está película, quizás también fue un factor determinante para no ahondar y escarbar más en los orígenes de los problemas mentales de Mónica Santa María.
Una dirección de arte correcta
La dirección de arte es un aspecto correcto en la película, sobre todo en la elaboración de los personajes (Vestuario, peinado, maquillaje, etc.) y la ambientación de la década de los noventa, destacando el set principal del programa “Sube a mi nube”, que, si bien logra remontarnos al original “Nubeluz”, no iguala su grandeza y majestuosidad, llegando a volverse poco a poco repetitivo porque, por ejemplo, no recrea otras dinámicas o escenarios del programa, como los célebres juegos y/o concursos. Lo mismo sucede con la música, se utilizan sólo una o dos canciones originales, entre ellas “Sube a mi nube”, canción que le da título a la película. Asumo que estos aspectos, se vieron afectados y limitados por el factor presupuesto.
El cast y las interpretaciones
El cast y las interpretaciones en general son aceptables, teniendo en cuenta que el mayor reto de la película era darle vida a las dalinas Almendra y Mónica, íconos de la animación infantil. Las actrices que asumieron este reto fueron Silvana Cañote (Mónica Santa María) y Alessa Wichtel (Almendra Gomelsky), quienes se prepararon más de un año para interpretarlas, estudiando su gestualidad, baile y distintas personalidades, en aquella época, logrando una nota aprobatoria. Sin duda, Cañote, tuvo mayor responsabilidad al darle vida a Santa María, porque tenía que mostrar esa dualidad de emociones y situaciones, de un personaje con altibajos, que sufría a causa de la depresión, una enfermedad que en su caso terminó en un fatídico final.
En el cast, destacan además las interpretaciones de los experimentados Christian Thorsen (Javier) en el papel del manager de las dalinas y Javier Delgiudice (Samuel) como un alto directivo del canal. Mención aparte merece el actor Andrés Wiese (Tino), que interpreta al último novio de Santa María; sin embargo, no convence del todo porque entrega un papel muy monótono y lineal, que no muestra algo diferente al trabajo que conocemos de él.
“Sube a mi nube”, es una ficción que no supera la realidad, pero cumple su objetivo de concientizar acerca de la importancia de la salud mental y empatizar con la oscura historia de Mónica Santa María; pero también, medianamente remonta a todos aquellos niños de los 90 -adultos que bordean los 30 años en la actualidad- a una infancia feliz, gracias al mágico recuerdo de “Nubeluz” y sus dalinas.
Datos
- Sergio Barrio, director del filme, es hijo de uno de los artífices del programa “Nubeluz”.
- El programa “Nubeluz”, estuvo aproximadamente 5 años al aire (1990 – 1995) emitido por Panamericana Televisión, sábados y domingos de 8 a.m. a 12 m, en vivo, desde el Coliseo Amauta.
- “Nubeluz” consiguió fama internacional en más de veinticuatro países.
- Mónica Santa María, tenía 17 años cuando fue elegida para el casting y a pedido de ella, fue elegida Almendra Gomelsky, quien tenía 21 años. Ambas eran amigas y modelos.