El sacerdote Luis Núñez del Prado, el primer paciente grave que logró recuperarse de COVID-19, reveló que, 9 meses después de haber sido internado por la virus, todavía tiene secuelas producidas por la misma.
Explicó que los médicos de Essalud han seguido de manera permanente su recuperación y le han dado asistencia domiciliaria cuando lo ha requerido.
“Fui el primer paciente grave, han pasado 9 meses y mantengo la esperanza. Todavía tengo secuelas propias de la enfermedad de las que me he ido curando. He tenido una operación en el pie y otras cosas más que gracias a EsSalud he podido mejorar”, indicó.
El religioso estuvo internado desde el mes de marzo en el Hospital Edgardo Rebagliati, en donde permaneció en UCI, durante 37 días y con ventilación mecánica. Fue dado de alta el 5 de mayo.
Además, Núñez reveló que se contagió de la enfermedad cuando realizó una confesión a un joven que tenía síntomas muy fuertes, asociados al coronavirus.
“Me contagié durante mis ejercicios pastorales, vino un joven que había estado Estados Unidos y me pidió una confesión. El joven tenía síntomas muy fuertes. Al final le di un abrazo y se fue. Días después empecé a presentar síntomas”, señaló.
De cara a las celebraciones del Año Nuevo, Núñez envió un mensaje de esperanza para la ciudadanía y en especial para las familias que han perdido a uno de sus integrantes producto de la pandemia.
“Yo siento que Dios no abandona a sus hijos, no abandona a su país. Tenemos que ser valientes, fuertes, ser perseverantes. Dios te ayuda si tú te ayudas, miro con esperanza el año que viene. Yo también perdí amigos cercanos. Los médicos son nuestros ángeles, ellos dan su vida para salvar la nuestra. Estaré eternamente agradecido con ellos”, agregó.