Los últimos datos sobre pobreza en Perú revelan una realidad preocupante para regiones como Piura. En esta zona del país, la situación económica continúa por debajo del promedio nacional, a pesar de los esfuerzos del Estado a través de programas sociales. La economista Melany Ferreyra, en entrevista con Impulso Norte, explicó la situación actual, los efectos de los programas sociales, y los desafíos estructurales que limitan el crecimiento económico regional.
La pobreza en Piura supera el promedio nacional
Según datos recientes, la pobreza en Perú durante el año 2024 se situó en 31.9%, pero si se excluyeran las transferencias monetarias que brindan los programas sociales, este porcentaje se elevaría a 37%. Esta diferencia de 5.1 puntos porcentuales refleja la influencia directa de dichos programas sobre la reducción de la pobreza monetaria.
En el caso de Piura, esta situación se agrava por factores estructurales. A pesar de cierta recuperación económica nacional gracias a un mejor clima y repunte del Producto Bruto Interno, el sector agropecuario aún no muestra señales claras de mejora. A ello se suma una inestabilidad política persistente que limita el crecimiento económico sostenido y dificulta el desarrollo territorial focalizado en zonas con altos niveles de pobreza.
Cuando se compara con otras regiones, Cajamarca encabeza la lista con una pobreza de 45%, que habría alcanzado 51% sin intervención estatal. En Loreto, la pobreza es del 43%, mientras que en Apurímac, aunque se reportó un 24%, el impacto de los programas sociales fue más evidente, ya que sin ellos habría llegado al 33.6%.

Programas sociales, inseguridad y generación de empleo
Melanie Ferreira explicó que los programas sociales como Juntos, Pensión 65 y Contigo cumplen funciones específicas: brindar apoyo condicionado a familias con hijos menores, adultos mayores sin pensión o personas con discapacidad severa. Estas transferencias actúan como un paliativo temporal, pero no generan mejoras estructurales ni sustituyen la necesidad de un empleo digno.
La inseguridad ciudadana, según la Encuesta Nacional de Hogares, es actualmente percibida como el principal problema del país por más del 50% de la población, superando incluso a la corrupción. En Piura, este fenómeno ha afectado de manera directa a los pequeños negocios, quienes enfrentan extorsiones, robos y deben asumir costos adicionales en seguridad, como cámaras de vigilancia o cierres tempranos. Esta situación reduce sus ingresos y limita la posibilidad de crecimiento.
Para fomentar el empleo en la región, Ferreira señala que se necesita una reactivación de sectores productivos, especialmente con mayor inversión privada. Sin embargo, la falta de un entorno político estable disuade estas inversiones. “Cuando no hay inversión privada, hay menos construcción, menos movimiento comercial, y eso genera menos empleo”, precisó.