Las picaduras de raya pueden causar dolor intenso y complicaciones si no se tratan adecuadamente. Estas lesiones ocurren cuando una persona pisa accidentalmente una raya mientras camina en aguas poco profundas. La púa de su cola libera veneno, lo que provoca una herida sangrante y una reacción dolorosa inmediata. A continuación, te explicamos cómo actuar ante una picadura y qué tratamiento es el más adecuado.
Primeros auxilios tras una picadura de raya
En caso de sufrir una picadura de raya, es fundamental actuar rápidamente para reducir el dolor y prevenir infecciones. Lo primero que se debe hacer es lavar la herida con agua salada para eliminar posibles restos de la púa. Si la púa sigue en la piel, solo debe retirarse si está en la superficie y no afecta zonas como el cuello, el pecho o el abdomen.

El sangrado abundante puede controlarse aplicando presión directa sobre la herida. Mantener la zona afectada sumergida en agua caliente durante al menos 30 minutos puede ayudar a reducir el dolor, ya que el calor desactiva parcialmente el veneno de la raya.
Tratamiento médico y cuidados posteriores
Tras los primeros auxilios, es recomendable acudir a un centro de salud para una evaluación médica. Los especialistas examinarán la herida en busca de fragmentos de la púa y los retirarán si es necesario. Además, pueden administrar una vacuna contra el tétanos para prevenir complicaciones.

El área lesionada debe mantenerse en alto durante varios días para reducir la inflamación. En algunos casos, los médicos pueden recetar antibióticos para evitar infecciones o incluso recomendar cirugía si la herida requiere sutura.
Los síntomas como náuseas, debilidad o ansiedad son comunes tras una picadura, pero si aparecen signos graves como dificultad para respirar, es crucial buscar atención médica de inmediato. Seguir estos pasos ayudará a una recuperación segura y sin complicaciones.