En una declaración conjunta, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, anunciaron un hito significativo en la colaboración espacial entre ambas naciones. Se acordó que un astronauta japonés se convertirá en el primer humano no estadounidense en aterrizar en la Luna. Ello, como parte de una futura misión Artemisa, siempre y cuando se alcancen los hitos cruciales previstos.

El acuerdo se enmarca en una nueva asociación entre la NASA y el gobierno japonés, orientada a promover la exploración humana sostenible de la Luna.

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Como parte de este acuerdo, Japón liderará el diseño, desarrollo y operación de un rover lunar cerrado y presurizado para misiones tripuladas y no tripuladas. La NASA se encargará del lanzamiento y la entrega del rover a la Luna. Además, proporcionará dos oportunidades para que astronautas japoneses viajen a la superficie lunar.

El rover presurizado permitirá a los astronautas explorar áreas geográficamente diversas y viajar más lejos, sirviendo como hábitat móvil y laboratorio para períodos prolongados de trabajo en la Luna. Asimismo, podrá alojar a dos astronautas durante hasta 30 días mientras exploran la región cercana al Polo Sur lunar. Está programado que la NASA utilice este rover en misiones Artemis VII y posteriores durante aproximadamente 10 años.

Misión Dragonfly

Además del enfoque en la exploración lunar, Estados Unidos y Japón ampliarán su cooperación con futuros acuerdos relacionados con la misión Dragonfly de la NASA a Titán y el telescopio espacial Nancy Grace Roman. También planean colaborar en el satélite de observación solar de próxima generación de JAXA, SOLAR-C, que investigará las atmósferas solares mediante observaciones de radiación ultravioleta.

La NASA ofrecerá la oportunidad para que un astronauta japonés participe como miembro de la tripulación en Gateway, la estación orbital lunar en desarrollo. Japón, por su parte, proporcionará sistemas de control ambiental y soporte vital, así como transporte de carga para Gateway.

Este acuerdo representa un paso significativo hacia una colaboración espacial internacional más estrecha y el avance de la exploración humana en el sistema solar.

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