¿Que porqué marchan los gays? En resumen la historia es esta: corría el final de la década del 60. En el país “de las libertades”, Estados Unidos, los gays y lesbianas eran perseguidos. Había publicidad del gobierno que alentaba a la población a denunciarlos porque eran “enfermos que podían hacen daños a los niños y niñas”. Los municipios emitían ordenanzas que daban carta libre a la policía para limpiar las calles de anormales y desviados. Si te encontrabas en sospecha de actos gay, tu vida acababa. Te quitaban tus derechos, la licencia para ejercer tu profesión, tu nombre completo y la dirección de tu casa aparecía en los diarios locales al día siguiente.
Se condenaba y se mataba a la gente por ser gay, los sentenciados recibían condenas que iban desde el internamiento en manicomios con terapias de shock eléctrico, hasta lobotomía en el conocido centro hospital estatal de Atascadero. No había para los gays ni libertades ni derechos. La sociedad promovía la ridiculización de los maricones. Los jóvenes tenían por diversión perseguirlos, los cazaban, insultaban y apedreaban sus cabezas hasta dejarlos inconscientes. Era su derecho y para los gays, su condena. Los gays solo salían de noche para evitar ser señalados, exponiéndose al peligro de las calles, las masacres por parte de la gente y de la policía. Total, matar un maricón no era delito.
En los 60 se vivía un ambiente de libertades. Por las calles se marchaba por los derechos de las mujeres, por la paz, por el fin de la guerra y la lucha contra la discriminación racial. Pero por ningún lado se hablaba de derechos para las lesbianas y los gays. Era una situación de frustración que terminó en una gran protesta que ni la policía pudo detener aquella noche del 28 de junio. Desde entonces, las ciudadanas y ciudadanos gays, salen a las calles a celebrar sus derechos y conmemorar a sus víctimas.
En estos últimos meses la comunidad LGTBI ha sido despojada de dispositivos legales que les brindaba cierta protección. Matar a una persona por ser maricón o marimacha no genera mayor preocupación a la sociedad. La intolerancia no incomoda a nadie. Es normal que se ridiculice a alguien por ser gay y que se le niegue el derecho de ser persona solo por su orientación sexual.
Hay personas que celebran el insulto y la mofa a la comunidad gay, los medios los representan en patrones bufonescos reforzando los prejuicios y los arquetipos erróneos en una sociedad idiotizada por realities y por los programas faranduleros. Una sociedad, que frunce el ceño frente a la violencia hacia la mujer, pero no por los crímenes de odio contra las lesbianas, gays y trans, ni por el bullying escolar que acorrala hasta el suicidio a muchos adolescentes gays. Eso, es solo una anécdota.
Ser gay es ser víctima de comentarios burlescos en la calle, en el trabajo y en el centro de estudios. Se ve normal, que la gente condene al averno eterno a los maricones y a las marimachas. Y se considera piadoso a aquellos que dicen que los toleran pero de lejitos porque no soportan verlos como ciudadanos con derechos plenos, como autoridades o dirigentes sociales.
Es por eso que seguirán marchando, nos guste o no, los condenemos o no. Esta vez el respaldo de la población organizada ha sido mayor. Aún hay gente que está es desacuerdo y está en su legítimo derecho. Lo que no está bien es la promoción de la agresión y la violencia hacia otras personas. Eso es cavernícola.