El Gobierno de Japón ha anunciado este martes que verterá al mar el agua contaminada que se almacena en la central nuclear de Fukushima. Son 1,25 millones de toneladas de agua usada para refrigerar los reactores nucleares dañados y contaminada con tritio, que ahora acabará en el Océano Pacífico.
El anuncio ha provocado una efusiva oposición de las comunidades pesqueras y la preocupación tanto de Pekín como de Seul. Pero el gobierno de Japón asegura que ya no tiene dónde guardar el agua contaminada y su mejor solución es tirarla al mar.
También, las autoridades de Japón han asegurado que el agua será tratada y diluida para que los niveles de radiación estén por debajo de los aceptables para el agua potable y no sean peligrosos para la vida marina.
“Verter el agua tratada es una tarea inevitable para desmantelar la planta de Fukushima y reconstruir el área”, anunció el primer ministro de Japón Yoshihide Suga. Además, Japón señala que alrededor del mundo se llevan a cabo procesos parecidos de forma rutinaria.
Los países vecinos están en contra de que Japón haga esto y han tachado de “extremadamente irresponsable” al país del sol naciente. China también ha dejado clara su postura y ha tachado de «irresponsable» la decisión de Japón.
Algunas organizaciones creen que el daño a futuro pueda ser devastador para la vida marina. Las organizaciones pesqueras también se oponen a la medida ya que aseguran que nadie querrá comprar alimentos procedentes de la región.
DATO
La operación podría empezar en un par de años y durar décadas. Sin embargo, el anuncio llega ahora que se acumulan en la central nuclear 1,2 millones de toneladas de agua, lo que equivale a 500 piscinas olímpicas.
El espacio de almacenamiento se llenaría en 2022 y además la acumulación de esta cantidad tiene un coste anual de 100 billones de yenes ($912,66 millones de dólares).