En los últimos días, las iglesias de Piura han sido el blanco de una serie de robos que mantienen en alerta a la comunidad religiosa. A pesar de la seguridad con la que cuentan los templos, los delincuentes continúan atacándolos, profanando los espacios sagrados y generando un clima de inseguridad en la región.
Robo en la Iglesia Nuestra Señora del Tránsito en Castilla
Esta semana, desconocidos ingresaron a la Iglesia Nuestra Señora del Tránsito, ubicada en el distrito de Castilla, y se llevaron varios objetos de valor. Según testigos, dos personas fueron vistas escondiéndose en un rincón del templo, esperando el momento oportuno para actuar.
Minutos después, uno de los individuos escaló una pared y entró al interior del recinto religioso. La cámara de seguridad capturó las imágenes del incidente, mostrando también a otras dos personas esperando en el exterior. Durante el atraco, el cuidador del colegio y la iglesia fue violentamente agredido por los delincuentes.
A pesar de las investigaciones policiales en curso, hasta la fecha no se reportaron avances significativos en la identificación o captura de los responsables.
Asalto en la Iglesia San Sebastián
La madrugada del 26 de septiembre, otro lamentable incidente sacudió a la comunidad religiosa. Esta vez, el robo tuvo lugar en la iglesia San Sebastián, donde un grupo de delincuentes ingresó para saquear el santuario. Los ladrones forzaron las entradas, rompieron las alcancías y se llevaron equipos, celulares, herramientas y dinero, además de causar graves daños materiales en el lugar sagrado.
El grupo de Misioneros Redentoristas, responsables de la iglesia, emitió un comunicado condenando la profanación del Santísimo Sacramento y exigiendo mayor seguridad. La iglesia San Sebastián se encuentra a pocas cuadras de la Municipalidad de Piura, la Corte de Justicia y la zona financiera de la ciudad. Esto incrementa la preocupación de los vecinos por la falta de protección en un área considerada céntrica y vigilada.
Este tipo de delitos genera un creciente malestar entre los piuranos. Los fieles, indignados, han alzado la voz y exigen a las autoridades una respuesta más contundente ante el aumento de la delincuencia en la región.