El cáncer de hígado es muchas veces una «enfermedad silenciosa» porque en sus primeras etapas no presenta síntomas. Por ello, es importante estar atento a los factores de riesgo como los problemas hepáticos y la hepatitis B o C y acudir al médico para los chequeos respectivos, según comentó el cirujano radioncólogo Alberto Lachos Dávila.
Atentos a los síntomas
El especialista agregó que hay que tener en cuenta síntomas como una masa o dolor en el lado derecho del abdomen, pérdida de peso y apetito, sensación de llenura tras comer poco, náuseas o vómitos, hinchazón o acumulación de líquido en el abdomen, picazón y coloración amarillenta de la piel y los ojos.
Algunos otros síntomas pueden incluir fiebre, venas agrandadas en el abdomen que se pueden observar a través de la piel, y sangrado o moretones anormales.
El galeno advirtió que las hepatitis B y C son causadas por virus cien veces más infeccioso que el propio VIH-Sida, pero que también pueden influir en el desarrollo del cáncer de hígado el consumo excesivo de alcohol, la cirrosis, cicatrización hepática, obesidad y diabetes y la hemocromatosis, una afección que causa problemas con el almacenamiento de hierro en el cuerpo.